La ministra de Trabajo de España dijo el domingo que se presentaría a las elecciones generales de fin de año como líder de la extrema izquierda, cuyo apoyo necesitará el primer ministro socialista, Pedro Sánchez, para permanecer en el cargo.
«Hoy doy un paso adelante. Quiero liderar nuestro país», dijo Yolanda Díaz en un mitin político en Madrid.
Las encuestas de opinión muestran consistentemente que Díaz, viceprimer ministro en el gobierno de coalición de Sánchez y miembro vitalicio del Partido Comunista, es el político más popular de España.
En gran parte desconocida hace tres años, la abogada laboralista de 51 años saltó a la palestra política en enero de 2020 cuando ingresó al gobierno como representante del partido de extrema izquierda Podemos.
Los socialistas de Sánchez gobiernan desde enero de 2020 con Podemos, que ha ido perdiendo apoyos y afiliados.
Cuando el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, dejó la política en mayo de 2021 tras una paliza en las elecciones regionales, nominó a Díaz para que asumiera su cargo de viceprimer ministro a pesar de que ella no es miembro de su partido.
Iglesias y Díaz estuvieron cerca hasta que en julio de 2022 lanzó un nuevo movimiento político llamado «Sumar» («Add» en inglés), que pretende agrupar a todos los partidos a la izquierda de los socialistas de Sánchez.
Hasta ahora, Díaz no ha logrado ganar el apoyo de Podemos para su candidatura electoral.
«Hay mucha gente para traer al redil», reconoció el domingo.
Agregó que continuaría las conversaciones para tratar de ampliar su movimiento político.
«Estaremos a la altura de la tarea», dijo. “Daremos respuestas a nuestro país, que tiene hambre de cambio”.
– Alianzas –
La mayoría de las encuestas muestran que los socialistas de Sánchez van a la zaga del principal partido conservador de la oposición, el Partido Popular.
Incluso si los socialistas logran cerrar la brecha, una vez más necesitarán el apoyo de la extrema izquierda para formar una mayoría activa en el parlamento, según sugieren las encuestas de opinión.
Nacido en 1971 en Ferrol, una ciudad de clase trabajadora en el noroeste de España que también es el lugar de nacimiento del ex dictador de España, Francisco Franco, Díaz tiene sólidas credenciales de izquierda.
Su padre era un líder sindical clave y se hizo conocida por participar en las reuniones del Partido Comunista con su bebé en brazos a principios de la década de 2010.
Rápidamente dejó su huella tras su incorporación al gobierno de Sánchez gracias a su trato amable y capacidad de negociación, que incluso ha sido elogiada por líderes empresariales.
Díaz fue responsable de una reforma laboral a la que se atribuye una fuerte caída en el número de contratos de trabajo temporales y un fuerte aumento en el salario mínimo.
También supervisó un generoso programa de licencias laborales en el punto álgido de la pandemia de Covid-19, que aseguró que las empresas pudieran mantener a los trabajadores, incluso cuando gran parte de la economía estaba cerrada debido a las medidas de confinamiento.
A Díaz, que suele vestirse de rojo, le gusta recordar la vez que el veterano líder comunista español, Santiago Carrillo, le besó la mano cuando tenía cuatro años.
A diferencia de muchos miembros importantes del partido Podemos que se apresuran a atacar a sus socios socialistas, Díaz destaca sus lazos cordiales con el primer ministro.
La política debe tratarse de «llegar y luego poder llegar a acuerdos que cambien la vida de las personas, no de hacer ruido y crear desorden», dijo el mes pasado.
Eso fue visto como una crítica apenas velada a Iglesias, quien ha criticado su alejamiento de Podemos.
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