El orden correcto para ver las películas de Resident Evil


«Resident Evil» de 2002 nos presentó a un personaje original llamado Alice, una joven que sufre de amnesia pero que poco a poco descubre la mortal conspiración del virus T, orquestada por Umbrella en un laboratorio llamado Hive. Aunque defectuosa, esta entrada es el pináculo de lo que hace que estas películas sean tan divertidas, donde la acción trepidante complementa perfectamente la cantidad justa de absurdo post-apocalíptico tropo, presentando un mundo plagado de potencial de terror de supervivencia. Hay referencias a los juegos que sirven como devoluciones de llamada, pero la trama es lo suficientemente original como para valerse por sí sola, especialmente con una protagonista compleja y bien definida como Alice al mando.

Ingrese a «Resident Evil: Apocalypse», con Alice regresando para luchar contra los no-muertos mientras intenta escapar de Raccoon City, que está a punto de ser bombardeada para contener el virus T. La destrucción de Raccoon City es un aspecto narrativo adaptado directamente de los juegos, donde el lugar fue bombardeado tras la zombificación de más de 100.000 residentes que cometieron crímenes atroces y canibalismo tras infectarse. Aparecen personajes heredados del juego como Jill Valentine y Carlos Olivera, lo que le otorga a «Apocalypse» el estatus de una secuela bien hecha que rinde homenaje al original conservando su propia identidad.

Como el viaje de Alice está trazado cronológicamente, no hay otra opción que experimentar estas películas según el orden de fecha de estreno, lo que nos lleva a «Resident Evil: Extinction» y «Resident Evil: Afterlife». Ambas películas se centran en Albert Wesker y sus complicadas motivaciones con respecto a Umbrella e intentan recuperar personajes heredados del juego (como Claire Redfield) con resultados mediocres. Aunque vale la pena elogiar algunas escenas de acción, ambas películas actúan como relleno en lugar de hacer avanzar significativamente la historia, lo que podría haber dado giros interesantes, considerando cómo cada personaje aborda el apocalipsis de manera distinta en los juegos.



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