Originalmente, la idea de que Bruce Wayne tuviera un hijo se introdujo en la novela gráfica de Mike Barr y Jerry Bingham de 1987 «Batman: Son of the Demon», en la que Batman tiene un romance con Talia al Ghul, quien queda embarazada de su hijo. No fue hasta que Grant Morrison se hizo cargo del título del cómic «Batman» a principios de la década de 2000 que el niño entró en el canon, como Damian Wayne (también conocido como Damian al Ghul).
La existencia de Damian se mantuvo oculta durante mucho tiempo a Bruce. Fue criado como un miembro de pleno derecho de la Liga de Asesinos y ya era un excelente artista marcial y asesino cuando se convirtió en un adolescente. Aunque originalmente fue entrenado para matar y reemplazar a su padre, Talia finalmente decidió revelar la existencia de su hijo a Bruce Wayne y dejó a Damian bajo su custodia, presumiblemente porque sabía que no hay mayor amenaza para Batman que tener que cuidar a un niño.
Originalmente, el plan de Grant Morrison era matar a Damian tan pronto como lo presentaran. Como le dijo el autor a IGN, «planeé que Damian aprendiera sus lecciones rápidamente antes de morir noblemente al final de ese primer arco». Afortunadamente, cambiaron de opinión y obtuvimos uno de los personajes más geniales de los cómics, que ahora es tan integral para el personaje de Bruce Wayne como Alfred. Además, como Robin, se destaca como algo completamente único, comenzando por el hecho de que, a pesar de lo hiperviolento, malcriado y odioso que es Damian, también es un niño que ama tanto a los animales que se vuelve vegetariano. Entre sus muchas mascotas se encuentran el Bat-perro que su padre le regaló y el mejor compañero de DC, Bat-cow, que es literalmente solo una vaca.