EL Papa Franciscohospitalizado esta semana para tratar un bronquitis, agradeció a los fieles por sus oraciones durante la Misa del Domingo de Ramos, un evento importante en el calendario cristiano que marca el inicio de la Semana Santa. “Os saludo a todos, romanos y peregrinos, especialmente a los que habéis venido de lejos. Os agradezco vuestra participación y también vuestras oraciones, que habéis intensificado en los últimos días. ¡Gracias!”, declaró el soberano pontífice de 86 años. dirigiendo el rezo del Ángelus, al día siguiente de su salida del hospital tras una estancia de tres días.
«Que todavía estoy vivo»
Saludó brevemente a la multitud el domingo por la mañana mientras caminaba por la Plaza de San Pedro decorada con más de 35.000 plantas y flores. A bordo de su papamóvil, había mostrado un aire serio antes de participar en esta ceremonia, en la que había prometido estar presente, frente a 30.000 personas. El soberano pontífice había salido del hospital Gemelli en Roma después de una estadía de tres noches, luciendo bien y con ganas de bromear.
“Todavía estoy vivo”, respondió sonriendo a los periodistas y fieles reunidos alrededor del hospital que le preguntaron cómo se sentía. El líder de los 1.300 millones de católicos sufre desde hace varios años crecientes problemas de salud, incluido un dolor de rodilla que le obliga a usar una silla de ruedas y un bastón.
En las Misas de Domingo de Ramos y Pascua, se espera que permanezca sentado mientras un cardenal dirige la ceremonia en el altar. Según la Santa Sede, esta organización se decidió antes de su hospitalización, ya que el pontífice argentino ya no podía estar de pie por mucho tiempo.
El miércoles, el Vaticano dijo que iba al Hospital Gemelli para los controles programados, antes de admitir que tenía dificultad para respirar y tenía una ‘infección respiratoria’ que requería tratamiento con antibióticos. Esta es su segunda hospitalización desde 2021, cuando fue operado del colon, también en Gemelli.
10 años al frente de la Iglesia Católica
El Papa Francisco celebró diez años al frente de la Iglesia católica mundial a principios de marzo. Impulsó importantes reformas de gobierno y buscó forjar una Iglesia más abierta y compasiva, aunque enfrentó oposición interna, particularmente de los conservadores. Ha dicho en repetidas ocasiones que consideraría renunciar, como su predecesor Benedicto XVI, quien murió en diciembre, si su salud fallara, pero recientemente dijo que eso no estaba en las cartas.
Su estancia anterior en Gemelli, en julio de 2021, había durado diez días. Lo habían ingresado allí para una importante operación de colon. Asegura haber mantenido «secuelas» de la anestesia, que le han empujado a descartar hasta ahora una operación de rodilla. Durante una entrevista en enero, Jorge Bergoglio volvió a confesar que padece diverticulitis, una inflamación de los divertículos, hernias o bolsas que se forman en las paredes del aparato digestivo.
El Papa es monitoreado constantemente por un equipo de cuidadores, tanto en el Vaticano como durante sus viajes al exterior. Precaución tanto más necesaria cuanto que tiene un amplio historial médico a sus espaldas: a los 21 años estuvo a punto de morir de pleuresía y sufrió la extirpación parcial de un pulmón.