El parlamento del Tesino aumenta el déficit del cantón


Después de un largo y acalorado debate, el Gran Consejo aprobó el presupuesto para 2024. Se retiró la contribución de solidaridad para los empleados cantonales, para disgusto del FDP y la Lega.

En el debate que duró dos días y medio y que se prolongó hasta la noche, la llamada contribución solidaria causó polémica en particular.

Gaëtan Bally / Keystone

Tras un retraso de varios meses, el Gran Consejo del Tesino aprobó el miércoles por la tarde el presupuesto cantonal para 2024. El déficit asciende a casi 131 millones de francos, es decir, 36 millones más que la estimación del Consejo de Estado, que en su mensaje del pasado mes de octubre había presupuestado un déficit de 95 millones de francos.

El mayor déficit se explica por el hecho de que primero la comisión consultiva preliminar y ahora el pleno han cancelado algunas medidas de ahorro previstas, incluida la cancelación de las subvenciones a las primas del seguro médico. En el acalorado debate que duró dos días y medio y se prolongó hasta altas horas de la noche, la llamada contribución solidaria enfureció especialmente a los pelirrojos. Los empleados cantonales deberían aceptar una reducción del dos por ciento en los componentes salariales con un salario anual igual o superior a 60.000 francos.

Ante la insistencia del Partido del Centro y con el apoyo de la Izquierda, esta contribución solidaria fue cancelada, para disgusto del FDP y la Lega. Sin embargo, los empleados cantonales tienen que aceptar que este año no habrá compensación inflacionaria, sino sólo una bonificación única. El Gran Consejo tuvo que abordar casi 80 enmiendas.

En noviembre y enero, varios miles de personas salieron a las calles en Bellinzona contra el paquete de austeridad del gobierno, protestando porque, además de los recortes para los empleados cantonales, también se recortarían las contribuciones a los servicios sociales y asistenciales o al transporte público.

En el parlamento cantonal, finalmente hubo una estrecha mayoría de la Lega, el FDP y el Centro para el presupuesto de 2024: 46 concejales dijeron que sí, 36 que no y 2 se abstuvieron. Curiosamente, Michele Guerra, presidente de la Comisión de Auditoría y miembro del antiguo partido de protesta Lega, advirtió repetidamente a sus colegas que asumieran su responsabilidad política y aprobaran un presupuesto. De lo contrario, el cantón se hundiría en el caos. La izquierda votó en contra del presupuesto porque cree que los recortes son irresponsables; La UDC votó en contra del presupuesto porque las medidas de austeridad no les satisfacían lo suficiente.

El motivo del paquete de austeridad es un freno al gasto o a la deuda, que los votantes del Ticino aprobaron en 2022 (el llamado decreto Morisoli). Éste estipula que la cuenta de pérdidas y ganancias cantonal debe estar equilibrada hasta finales de 2025, sin sobrecargar a los municipios ni aumentar los impuestos. En particular, es necesario reducir el gasto. El presupuesto para 2024 que ahora se aprobó está justo por debajo del déficit que habría desencadenado un aumento automático de impuestos. Difícilmente se puede esperar que se pueda lograr una factura equilibrada en el plazo previsto. El gobierno cantonal se enfrenta ahora a un desafío aún mayor.



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