Los San-Ti intentan comunicar sus necesidades a la humanidad de una manera extrañamente indirecta pero, en última instancia, efectiva, creando una simulación muy avanzada al estilo de un videojuego que regalan a los principales científicos del mundo. Su objetivo es ayudar a los científicos a entender de dónde vienen, y es Jin (Hong) quien finalmente descubre lo que está pasando al completar cada nivel. Los San-Ti, al parecer, son un grupo de seres de otro mundo cuyo planeta está sujeto a un sistema de tres cuerpos, lo que significa que tiene dos soles y es propenso a cambiar de órbita. Esto hace que el planeta sea más susceptible a «eras caóticas», incluidas edades de hielo, períodos de calentamiento y cambios peligrosos en la gravedad.
Todo esto es insostenible para los San-Ti, por lo que parten en busca de un nuevo hogar. Recibieron un mensaje de la Tierra, enviado por el supersatélite de China, con una adición personalizada del exiliado político convertido en científico Ye Wenjie (Zine Tseng). Cuando Ye, cansada de sus experiencias durante la Revolución Cultural, solicita que los San-Ti vengan y se apoderen de la Tierra, la entidad con la que está hablando señala que la Tierra será conquistada y la disuade de enviar un mensaje de seguimiento. Ella decide responder de todos modos, agradeciendo el cambio de régimen, por lo que el San-Ti emprende una misión de más de 400 años hacia nuestro sistema solar.
Por lo que sabemos hasta ahora, los San-Ti son un grupo de personas que buscan un hogar como cualquier otra persona. Sin embargo, a diferencia de los colonizadores humanos, pidieron permiso antes de partir hacia la Tierra e inicialmente incluso intentaron forjar una alianza con aquellos que no les tenían miedo. Cuando la relación entre los humanos y los San-Ti se deterioró, fue enteramente culpa de la humanidad.