En Andalucía, la joya natural de Doñana amenazada por la sequía y el cultivo intensivo de fresa


Juan Pedro Castellano avanza a gran velocidad por una enorme playa virgen, por donde corren unos cuantos playeros. A bordo de su vehículo todoterreno, el director del Parque Nacional de Doñana, un humedal excepcional en el extremo sur de España, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, recorre dunas móviles y pinares y las extensas marismas arcillosas que lo forman. las 60.000 hectáreas protegidas del parque. Pasa junto a vacas mostrencas de cuernos largos, ciervos y caballos salvajes, antes de detenerse frente a la laguna de Santa Olalla. O más bien lo que queda de ello. Brotando del acuífero, se secó por completo este verano. Y una tierra gris y agrietada ha sustituido a esta joya de la biodiversidad de incalculable valor. Esta laguna supuestamente “permanente” -la más grande del parque- suele albergar a miles de aves migratorias, cuya llegada ya debería haber comenzado. A mediados de octubre, bajo un sol radiante y una temperatura inusual de 33°C, sólo es frecuentado por ciervos.

Juan Pedro Castellano, director del Parque Nacional de Doñana (España), 10 de octubre de 2023.
Huellas de paso de aves en las dunas del Parque Nacional de Donaña, 10 de octubre de 2023. Las migraciones de especies se reducirán considerablemente esta temporada, debido a la sequía. Huellas de paso de aves en las dunas del Parque Nacional de Donaña, 10 de octubre de 2023. Las migraciones de especies se reducirán considerablemente esta temporada, debido a la sequía.

“Las lagunas sólo representan 300 hectáreas, intenta consolar a este geógrafo, que dirige el parque desde hace catorce años, mientras se extasia ante los brezos atlánticos que se codean con especies de palmeras subdesérticas. Poco consuelo, cuando las 30.000 hectáreas de pantanos, que dependen del agua de lluvia y que suelen ser el punto de encuentro de las aves migratorias del norte de Europa y del África subsahariana, también están secas. “El cambio climático es una realidad, Asiente el señor Castellano. Cada vez lloverá menos y debemos adaptar la gestión de los recursos naturales en consecuencia. »

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Hace trece años que Doñana no padecía fuertes lluvias. Peor aún, el parque sufre una intensa sequía desde hace tres años. “Esta es la cuarta vez desde que existen registros que la laguna de Olalla se seca, después de 1983, 1995 y 2022. Pero esta es la primera vez que se seca en dos veranos consecutivos, lo que induce una pérdida grave de biodiversidad, dijo preocupado, en su despacho de Sevilla, Eloy Revilla, director de la estación biológica de Doñana, un centro de investigación científica dedicado a la reserva. El ecosistema de Doñana se encuentra en mal estado. Las lagunas temporales han desaparecido, las permanentes ya no existen y cada vez más especies están amenazadas. Estamos perdiendo una joya medioambiental que tenemos la obligación legal de preservar. » Para el científico, esta situación es “el fruto de casi treinta años de fallos administrativos, que no lograron definir un uso racional del territorio y que permitieron la extracción incontrolada del acuífero”.

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