En Bélgica, el director de los Museos Reales de Bellas Artes implicado por el personal


En su amplio despacho decorado con cuatro magníficos cuadros de artistas belgas, Michel Draguet, director de los Museos Reales de Bellas Artes (MRBA), una de las instituciones culturales más prestigiosas del país, parece debatirse entre la combatividad y el despecho. Al frente, desde 2005, de esta estructura que reúne a seis establecimientos (los museos Magritte, arte moderno, viejos maestros, Fin de siècle, Constantin Meunier y Antoine Wiertz), se enfrenta a una tormenta. Porque, según miembros de su personal, es “un clima de terror” que reinaría en la rue de la Régence, a tiro de piedra del palacio real de Bruselas.

Un “Colectivo MRBA” firmó, en diciembre de 2022, una carta dirigida a Thomas Dermine, Secretario de Estado a cargo de la supervisión de las instituciones públicas federales. Reuniendo inicialmente a 31 de los aproximadamente 200 empleados del museo, el grupo denunció anónimamente la » Mala gestión « del Sr. Draguet, su «muchas deficiencias»desde “amenazas regulares”, intimidación y acoso por su parte. En total, “condiciones de trabajo pésimas” lo que habría provocado agotamiento y salidas, a veces forzadas. El Secretario de Estado ha prometido un examen completo del expediente.

¿Turbulencia habitual al final del mandato de un líder? La del señor Draguet debería haberse renovado a finales de octubre de 2022 pero los retrasos administrativos provocaron un aplazamiento a finales de abril de 2023. Mientras tanto, los testimonios, aún anónimos, han florecido en los medios y las redes se han apoderado del asunto. . Hoy, el director asume su «abierto» pero dice que quiere tener en cuenta el malestar expresado, aunque insiste en que solo una minoría lo acusa.

Cuencas de agua

“Ha habido mucha presión, restricciones presupuestarias que han provocado, a lo largo de los años, una reducción del 20% de la plantilla, por tanto un deterioro de las condiciones laborales y un dolor que no hemos notado”, él dice. Destacando también el impacto de las sucesivas crisis que se han producido y que han complicado sus proyectos (las hipotecas subprime, los atentados terroristas de 2016, el Covid-19, la quintuplicación de la factura energética, etc.).

El público en general, por su parte, retuvo principalmente imágenes que resumían cuál era la situación de las MRBA: piletas destinadas a recoger el agua que se filtraba del techo del edificio principal y pinturas amenazadoras. Una triste ilustración del estado ruinoso de ciertas instituciones culturales federales, antes de que el gobierno hiciera algunos ajustes. Un gran proyecto de renovación de MRBA está en el menú, pero el trabajo no debería comenzar hasta 2025.

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