La decisión no será realmente efectiva hasta el 13 de abril, durante el consejo de administración de la petrolera Petrobras. Pero, el lunes 28 de marzo, el presidente de la empresa, el general de reserva Joaquim Silva e Luna, fue destituido por el jefe de Estado, Jair Bolsonaro, decisión confirmada por la noche por el ministro de Minas y Energía. Permaneció al frente del grupo menos de un año y, al igual que su antecesor, Roberto Castello Branco, sus relaciones con el Presidente de la República fueron muy tensas en el espinoso asunto de los precios en la bomba.
Según la prensa especializada brasileña, la suerte del general, exministro de Defensa, quedó sellada el 10 de marzo, cuando Petrobras anunció un nuevo aumento del 18,8% en el precio de la gasolina y del 24,9% en el del diésel. En los once meses de gestión de Joaquim Silva e Luna, el precio del gasóleo aumentó un 47% (+27% la gasolina y el gas).
Al Jefe de Estado no le hubiera gustado que este último aumento se produjera a principios de marzo, al mismo tiempo que la reducción de los impuestos a los combustibles, aprobada por el Congreso y sancionada por el Ejecutivo. Como resultado, la población no ha percibido de ninguna manera el esfuerzo presupuestario realizado por el Estado, como lo confirma una encuesta de opinión realizada por el instituto de encuestas Datafolha: el 68% de los brasileños considera al gobierno responsable por el alza en el precio de los combustibles. Siete meses antes de las elecciones presidenciales, frenar la inflación se ha convertido en la prioridad absoluta del presidente, comenzando con los precios en las gasolineras.
Mantenimiento de la política de precios de paridad de importación
La destitución del general despertó temores de turbulencia en las acciones del gigante petrolero brasileño, como ocurrió con la salida de Roberto Castello Branco en febrero de 2021, cuando la empresa había perdido el 20% de su valor bursátil. En ese momento, la designación de un militar había hecho temer una intervención autoritaria para controlar los precios, lo que Joaquim Silva e Luna nunca hizo. Volvió a reafirmarlo ante la prensa el martes: « Petrobras sigue lineamientos incuestionables por cuestiones políticas. »
La acción del grupo cayó solo un 2,6% en la apertura del mercado de valores el martes en Sao Paulo, e incluso se recuperó durante el día. El nombre de su sucesor tiene, según la fórmula consagrada, “tranquilizaron a los mercados” Se trata de Adriano Pires, director y fundador del Centro Brasileño de Infraestructura, consultora especializada en combustibles fósiles. Este economista, que se doctoró en la Universidad de París-XIII (ahora Sorbonne-Paris-Nord) en 1988, precisamente sobre el «sistema de precios de la energía en América Latina», siempre se ha opuesto a cualquier control de precios por parte del Estado brasileño.
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