En España, negociaciones de “última oportunidad” para desbloquear el poder judicial


El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ, el equivalente al Consejo Superior del Poder Judicial francés) y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, ha tenido que presentar su dimisión el lunes 10 de octubre por el inicio de una solución. se cierne en España, tras cuatro años de parálisis del poder judicial. El mandato de la institución encargada de nombrar a los presidentes de los altos tribunales de justicia de España expiró en 2018 y no ha podido renovarse desde entonces, lo que dificulta el buen funcionamiento de los tribunales del país. “Perdida toda esperanza de rectificación y, ante el evidente deterioro del Tribunal Supremo y del CGPJ, (…) quedarme me haría cómplice de una situación inaceptable que pone en grave peligro el prestigio y funcionamiento de la justicia”explicó el Sr. Lesmes en un mensaje de video transmitido el día anterior.

Lea también: Artículo reservado para nuestros suscriptores En España, el nombramiento de jueces está bloqueado por motivos políticos

Ante el recrudecimiento de la crisis judicial, el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, convocó a la Moncloa, sede del Ejecutivo, al líder del principal partido de la oposición, Alberto Núñez Feijoo (Partido Popular, PP, derecha). en la mañana. Los dos hombres no se habían hablado durante cinco meses. Luego de más de tres horas de reunión, coincidieron en la necesidad de dar una » última oportunidad « a la negociación

Las posiciones no se modifican. Los socialistas exigen que los conservadores “respetar la Constitución” y negociar la composición del CGPJ y del Tribunal Constitucional, cuyos miembros deberán ser elegidos por mayoría reforzada de tres quintos de las Cortes Generales y del Senado. Por su parte, los conservadores reclaman desde 2021 una reforma del sistema de designación, para que los jueces sean elegidos por sus pares, con el fin de fortalecer su independencia.

Urgencia para encontrar puntos en común

Previamente, el PP había abortado un intento de renovación del CGPJ a finales de 2018, alardeando en un mensaje enviado a senadores de su capacidad para » controlar « la sala de lo penal del Tribunal Supremo, la única capaz de juzgar a ministros y diputados, antes de esgrimir diversas razones para justificar su bloqueo. La formación derechista tiene tanto menos prisa por salir de esta crisis cuanto que el statu quo la beneficia, ya que los miembros del CGPJ y del Tribunal Constitucional, elegidos en 2013 bajo el gobierno de Mariano Rajoy, son mayoritariamente de inclinaciones conservadoras.

El gobierno de izquierda, por su parte, se ha opuesto hasta ahora a una reforma del método de elección de la alta jerarquía judicial con el argumento de que esto podría crear «compartimentos estancos entre los diferentes poderes del estado»entonces que “todos deben tener una base democrática”.

Te queda el 50,95% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.



Source link-5