Si quieres ser un poco más flexible y aún recordar todo, necesitas este lugar fijo en tu cabeza, dice el autor y entrenador de aprendizaje Markus Hofmann. Un lugar donde puedes guardar algo y recuperarlo en cualquier momento. «Yo lo llamo un buzón mental».
El punto aquí no es solo recordar algo de manera racional, sino también recordarlo visualmente, ya sean las ubicaciones de almacenamiento de llaves y carteras o listas completas de tareas o compras. Un método popular recomendado tanto por Ahrens como por Hofmann es la «lista corporal». Eliges estaciones fijas en el cuerpo, como pies, rodillas, estómago, codos y ojos, y las conectas a ingredientes o tareas que deseas recordar.
Por ejemplo, si la lista de la compra incluye tomates, mantequilla y leche, una posible asociación mental podría ser la siguiente: aplastas los tomates con los pies en la salsa de tomate, la mantequilla se derrite en los huecos de las rodillas y la leche forma un pequeño lago en tu ombligo. «Estas son imágenes que no se olvidan tan rápido», dice el entrenador de memoria Ahrens.
En el supermercado, puede usar las estaciones corporales para revisar la lista de compras. Se necesita un poco de práctica al principio, pero con el tiempo el cine de cabeza vendrá de forma natural. «Hasta entonces, puedes llevarte la lista de la compra como hoja de trucos», dice Margit Ahrens. Un consejo de Markus Hofmann, por cierto, es ser creativo con esta lista: «Cuanto más graciosas o grotescas sean las imágenes, mejor pegan».