Fue el artista de experimentos brutales y gestos tranquilos: ha muerto el pionero del arte povera Giovanni Anselmo.


Giovanni Anselmo ocupó un lugar especial dentro del movimiento italiano de Arte Povera. Ahora ha fallecido a la edad de 89 años.

ANSELMO GIOVANNI

Bernier Eliades

La palabra “particolare” brilla intensamente en la palma extendida y oscura que el artista italiano Giovanni Anselmo sostiene ante el haz de luz de un proyector de diapositivas en 1972. “Particolare” –particularidad– se refiere sin más a la situación “ésta por una parte”. Incrustado en un horizonte interpretativo ampliado, “particolare” muestra que nuestras manos en particular nos permiten captar detalles y comprenderlos en relación con un todo más amplio.

«Particolare» también significa «especial». Y resulta muy especial el pensamiento artístico de Giovanni Anselmo, con el que ocupó un lugar especial dentro del movimiento Arte Povera. Estuvo allí cuando, en 1967, jóvenes revolucionarios del arte expusieron juntos en Turín obras realizadas con materiales comunes y se propusieron renovar el concepto de imagen tradicional del arte italiano.

Resistencia de los materiales

En 1968, un año después de la inauguración del legendario “Arte Povera”, Anselmo, que entonces tenía 34 años, presentó su primera exposición individual, también en Turín. Pesaron mucho las esculturas e instalaciones con las que Anselmo demostró la fuerza humana y la resistencia material y abordó la relación contradictoria entre el hombre y la naturaleza y la materia orgánica.

La acción “Torsione” (“Giro”) que llevó a cabo en 1968 es similar a un acto de violencia. Para ello, Anselmo hundió piel de vaca curtida en un cubo de cemento que había moldeado. Enroscó el trozo de cuero que sobresalía del bloque alrededor de un palo de madera y lo apoyó contra la pared para que el palo permaneciera bien envuelto. El escultor probó la gravedad torciendo tiras de tela de franela para formar una cuerda y colgando una pesada barra de hierro de la cuerda de tela.

Experimentos materiales tan brutales e instalaciones llenas de tensión fueron una de las obras de Anselmo. El otro fueron sus exploraciones del espacio geográfico. El motivo de esta investigación artística se explica en su relato de una experiencia de escalada al volcán Stromboli en la madrugada del 16 de agosto de 1965. Al amanecer, el artista notó que la posición del sol no proyectaba sombras y que, como resultado, su cuerpo permaneció sin sombras. “Mi propia persona entró en contacto con la luz, el infinito, a través de la sombra invisible”, anotó.

Esta experiencia de despertar puso fin a una crisis creativa para el artista, que nació en Borgofranco d’Ivrea en 1934. Dejó de pintar cuadros. El lenguaje visual tradicional fue reemplazado por la forma más abstracta de expresión de la imagen escrita; términos como “visible/invisible” o “infinito” se utilizaron repetidamente. A partir de 1972, las proyecciones en diapositivas de palabras individuales arrojaron luz sobre lo que apenas se percibía.

Entre el cielo y la tierra

Giovanni Anselmo describió las piezas de trabajo como “fragmentos”, como un poste de hierro con la escritura “Cielo accorciato” (“Cielo en escorzo”, 1969/70) grabada en la superficie cortada. Una línea formada por migajas de tierra pegadas a una pared («Earth Line», 1970) demuestra la forma sutil en que el artista vinculó el concepto material de realidad con el de espacio geográfico y con referencias cósmicas.

El hecho de que Anselmo actuara sin un gran sentido de misión y empujara nuestras ideas de lo invisible y lo infinito de una manera muy gentil le da a su trabajo una gran apertura. Esto es lo que representa la fotografía con el gesto de una mano extendida en la gran retrospectiva que el Museo Castello di Rivoli de Turín organizó para el artista en 2016.

Hasta qué punto Giovanni Anselmo se mantuvo fiel a su actitud de explorar mundos infinitos más allá de los hechos reales con un sensible sentido del tacto y del lenguaje queda subrayado por el título que eligió para la exposición: “Mentre la mano indica, la luce focalizza, nella gravitazione universale si interferisce, The terra si orienta, the stelle si avvicinano di una spanna in più . . .» – «Mientras la mano apunta, la luz se concentra, intervienes la gravedad universal, la tierra se alinea, las estrellas se acercan un poco más. . .»

La instalación “Orizzonti” de Anselmo, que realizó en el marco de la 26ª edición de «Luci d’Artista» creado para Turín. En Piazza Carlo Alberto, cuatro carteles de neón “Norte, Este, Sur, Oeste” señalan los puntos cardinales (hasta el 8 de enero de 2024).

El polifacético artista nunca perdió de vista su orientación en el amplio campo de la topografía y las prácticas artísticas. Giovanni Anselmo falleció en Turín el 18 de diciembre a la edad de 89 años.



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