Google Cloud considera que la IA es la respuesta al futuro de la ciberseguridad, con un nuevo lanzamiento de la empresa que toma el control de algunas de las cargas de trabajo para permitir que los expertos se concentren en lo que realmente importa.
Google Cloud Security AI Workbench se ha ajustado para casos de seguridad y, al igual que el propio chatbot de la empresa, Bard, funciona con un modelo de lenguaje grande (LLM), que se llama Sec-PaLM.
Citando su propia visibilidad en el panorama de amenazas y la inteligencia de primera línea de su subsidiaria Mandiant sobre vulnerabilidades, malware, indicadores de amenazas y perfiles de actores de amenazas de comportamiento, Google Cloud espera que su Security AI Workbench ayude a sus clientes a mantener sus organizaciones a salvo de ataques.
Ciberseguridad impulsada por Google AI
La sobrecarga de amenazas, las herramientas arduas y la brecha de talento fueron las tres áreas clave que Google Cloud abordó cuando desarrolló la herramienta de ciberseguridad de IA. Además de esto, las integraciones de complementos de socios prometen convertirlo en una herramienta versátil y poderosa para la mayoría de los casos de uso.
El anuncio (se abre en una pestaña nueva) forma parte del plan de Google para democratizar la seguridad y es un guiño al hecho de que no todos los trabajadores de ciberseguridad son especialistas en la materia por formación. Por lo tanto, se espera que un enfoque híbrido humano-IA proporcione un enfoque mucho más completo para combatir las amenazas.
Esta noticia sigue a la reciente revelación de Microsoft de que también traería IA generativa al panorama de la ciberseguridad con el lanzamiento de su Security Copilot en respuesta al panorama deficiente de la ciberseguridad en relación con el inmenso aumento de las amenazas.
Se han planteado preocupaciones legítimas en foros en línea sobre la IA generativa en ciberseguridad, pero combinada con el conocimiento y la experiencia de los trabajadores humanos, parece ser una poderosa adición al panorama en una era en la que la guerra digital es más prominente que nunca.