Rhaenyra Targaryen visita Bastión de Tormentas por primera vez en el episodio 4 de «House of the Dragon». Ella es solo una adolescente en ese momento, en una gira por Westeros para entretener a sus pretendientes. El salón de Bastión de Tormentas está ventoso, oscuro y cubierto de hojas. Las paredes de piedra gris parecen estar desmoronándose, y el tamaño del espacio es menos impresionante que vacío. También hay columnas y arcos, como los que se encuentran en la arquitectura clásica, repartidos por todo el salón. El castillo parece antiguo, pero descuidado, como si hubiera perdido su antigua gloria.
Echamos otro vistazo dentro del salón de Bastión de Tormentas cuando el hijo de Rhaenyra, Lucerys, visita el castillo en el final de temporada. El consejo negro asumió que Borros estaría de su lado porque su padre había apoyado el reclamo al trono de la princesa Rhenys. Lucerys llega en medio de una tormenta y ve la gran fortaleza de piedra iluminada por un rayo. El exterior es simplista y medieval, pero eclipsado por el enorme dragón de Aemond.
En el interior, Lucerys encuentra a Borros Baratheon sentado en el trono rocoso. El salón parece incluso menos acogedor para Luke que para Rhaenyra. Borros se ofende porque Lucerys vino con las manos vacías después de que Aemond se ofreciera a casarse con una de sus hijas. Siente que su madre lo tomó por sentado y lo despide. Las tensiones entre los Baratheon y los Targaryen seguirían aumentando durante doscientos años hasta que Robert Baratheon usurpó su dominio.
A diferencia de «Game of Thrones», la serie derivada «House of the Dragon» no salta tanto por el mapa. El programa se concentra en menos ubicaciones, por lo que es poco probable que revele muchos lugares nuevos. Ver Bastión de Tormentas por primera vez fue un placer excepcional: una mirada al interior de la casa de una familia que algún día se sentaría en el Trono de Hierro.