Las empresas de telecomunicaciones Huawei y ZTE se encuentran entre varias empresas chinas que, una vez más, han sido prohibidas en los Estados Unidos.
Como se indica en un comunicado de prensa publicado por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) a fines de la semana pasada, Huawei, ZTE, Hytera Communications, Hangzhou Hikvision Digital Technology y Dahua Technology, así como sus subsidiarias y afiliadas, ya no pueden importarse ni venderse en el país. Según el informe, estas empresas y sus productos son una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU.
“La FCC se compromete a proteger nuestra seguridad nacional al garantizar que no se autorice el uso de equipos de comunicaciones no confiables dentro de nuestras fronteras, y continuamos ese trabajo aquí”, dijo la presidenta Jessica Rosenworcel.
Una cuestión de seguridad nacional
Explicó que “estas nuevas reglas son una parte importante de nuestras acciones en curso para proteger al pueblo estadounidense de las amenazas a la seguridad nacional relacionadas con las telecomunicaciones”.
Las consecuencias van mucho más allá de una simple prohibición de importar equipo. Los fondos públicos ya no se pueden utilizar para comprar los productos y servicios que venden estas empresas. Las empresas estadounidenses elegibles que utilizan equipo chino pueden solicitar el Programa de reembolso de redes de comunicaciones seguras y confiables para reemplazarlo.
Además, se revocaron las autoridades operativas de los operadores estatales chinos, según las recomendaciones de las agencias de seguridad nacional, mientras que el proceso para aprobar licencias de cables submarinos se “actualizó para abordar mejor las preocupaciones de seguridad nacional”, dijo la FCC. La organización también lanzó consultas sobre la seguridad de IoT y la seguridad de las salidas a Internet.
Huawei y ZTE fueron prohibidos en los EE. UU. antes, durante la presidencia de Trump. En ese entonces, Trump afirmó que el gobierno chino podría obligar a Huawei a instalar puertas traseras en su tecnología 5G y usarla para espiar a sus adversarios, una idea que los chinos negaron con vehemencia.
La prohibición de ZTE casi cerró la empresa y obligó a Huawei a abandonar Android y crear su propio sistema operativo móvil, HarmonyOS.