Ideología, estrategia, estilo político… La escurridiza esencia del populismo


por marion dupont

Publicado el 25 de marzo de 2022 a las 7:45 a. m., actualizado a las 4:47 p. m.

¿Emanuel Macron sería populista? La pregunta resurgió en el debate público tras la pequeña frase pronunciada por el Jefe de Estado, el 4 de enero, sobre las personas no vacunadas – “Tengo muchas ganas de cabrearlos” – en una entrevista concedida a los lectores de Parisino. La insólita combinación de la primera persona del singular y un «habla franca» rayana en el insulto, en un diario con una audiencia supuestamente popular y en plena campaña electoral, había hecho correr mucha tinta. El incidente no ha quedado aislado: desde entonces, numerosas medidas (reales o anunciadas) del candidato a su reelección y de su gobierno, como la rebaja del precio de la gasolina, la suspensión del carné de vacunación o la abolición del audiovisual derechos de licencia, se han descrito como «populistas».

Si la pregunta acapara la atención de algunos comentaristas y público en general es quizás porque, así formulada, invita a reconsiderar una etiqueta política peyorativa de uso frecuente en la actualidad; y quizás incluso, de manera más general, la tabla de lectura más utilizada para “categorizar” a los políticos.

Si bien el adjetivo «populista» se atribuye fácilmente a personalidades situadas en los extremos del espectro político, desde Marine Le Pen hasta Jean-Luc Mélenchon, atribuirlo al Jefe de Estado parece un oxímoron. Sobre todo porque, durante las elecciones europeas de 2019, esta oposición había sido protagonizada por Emmanuel Macron, por sus colaboradores cercanos y por los miembros de su movimiento político: “Varias fuerzas populistas están surgiendo en Europa y vamos a combatirlas. Queremos ser una fuerza progresista, decidida y central”declaró Nathalie Loiseau en particular al presentar la lista de La République en Marche.

Sin embargo, no es la primera vez que se detectan tintes populistas en Emmanuel Macron. Ya, durante la anterior campaña presidencial de 2017, su estrategia política había sido descrita en ocasiones como «populismo central»o incluso«centro extremo», según la expresión del historiador Pierre Serna. Su puesta en escena de una oposición entre la sociedad civil, que reivindicaba el candidato, y el establishment podría hacer pensar en ello; al igual que su declarado deseo de parecer «antipartido», «antisistema». También había aceptado la etiqueta, durante una entrevista en el Periódico dominicaldeclarando en ese momento: “Si ser populista significa hablarle a la gente de una manera comprensible sin pasar por aparatos, estoy dispuesto a ser populista. »

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