Inteligencia artificial: en la cumbre de Londres, directores generales y directivos afrontan el desafío de la regulación


“Ver reunidos a todos los actores que participaron en el auge de la inteligencia artificial [IA] En los últimos diez años, sentimos que estábamos viviendo un momento histórico”., dice Mustafa Suleyman, director ejecutivo de la start-up Inflection y cofundador de DeepMind, la joya de la inteligencia artificial comprada por Google y uno de cuyos primeros inversores fue Elon Musk. La sorpresiva llegada a Londres del CEO de Tesla y “primera cumbre internacional sobre los riesgos de la IA”, organizado el miércoles 1ejem y el jueves 2 de noviembre por el primer ministro británico, Rishi Sunak. La presencia conjunta, entre los líderes de veintiocho países, de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y de representantes chinos, fue vista como otra pequeña victoria diplomática de Londres.

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Además del reparto, también fue simbólico el escenario: la suntuosa mansión victoriana de Bletchley Park y sus dependencias, donde el equipo de Alan Turing descifró los códigos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Finalmente, la organización (intercambios informales y algunas mesas redondas a puerta cerrada, en un edificio no accesible a los periodistas) generó “muy buena calidad de los intercambios”reconoce Antoines Bordes, de la start-up francesa Helsing.

A pesar de este ambiente positivo, incluso entre algunos participantes inicialmente escépticos, esta reunión sin precedentes también mostró el desafío que representa la regulación de la inteligencia artificial, un año después de la aparición de ChatGPT y de una familia de software capaz de generar imágenes y textos sorprendentes.

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Entre los anuncios estuvo el lanzamiento de un “IPCC de la IA”, responsable de forjar un consenso científico, como lo hace su equivalente en materia de cambio climático. De hecho, la redacción de un informe sobre el estado de la IA fue confiada al investigador canadiense Yoshua Bengio. Sin embargo, la estructura no está muy clara porque ya existían iniciativas similares. A Bengio se unirían investigadores, pero permanecería adscrito al Consejo Asesor Científico sobre IA, creado en octubre por las Naciones Unidas. Además, algunos proponen añadir otras estructuras, inspiradas ya sea en el CERN (Consejo Europeo para la Investigación Nuclear) o en la OIEA (la Agencia Internacional de Energía Atómica, dotada de poderes de investigación). Sin hacer comentarios, James Manyika, vicepresidente senior de Google, reconoce la necesidad de establecer “estándares” devaluación.

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