Jefe de gobierno de Irlanda: los referendos sobre el cambio constitucional fracasaron


El gobierno quería modernizar la constitución. Se debería ampliar el concepto de familia y cambiar la redacción sobre las mujeres en el hogar. El jefe de gobierno considera que el proyecto es un fracaso.

Uno de los dos referendos versó sobre el papel de la mujer en el hogar. Deberían eliminarse aquellos artículos que afirman que el Estado reconoce que “la mujer, a través de su vida en el hogar, es un apoyo para el Estado, sin el cual el bien común no puede realizarse”.

Mostafa Darwish / EPA

(dpa) El gobierno de Irlanda ha admitido la derrota en dos referendos destinados a modernizar el lenguaje de la Constitución sobre el papel de la mujer en el hogar y la familia. A estas alturas está claro que los referendos han sido rechazados rotundamente, dijo el primer ministro Leo Varadkar a RTÉ el sábado por la tarde mientras aún se contaban los votos.

«El gobierno acepta el resultado y lo respetará plenamente», afirmó Varadkar. «Era nuestra responsabilidad convencer a la mayoría de la gente de que votara sí y claramente fracasamos».

En la República de Irlanda, precisamente el viernes, Día Internacional de la Mujer, los ciudadanos pudieron decidir en una votación doble sobre dos enmiendas constitucionales si se debía ampliar la definición de familia y cambiar la redacción sobre el papel de la mujer en el hogar. .

Específicamente, el primer referéndum decidió ampliar la definición de familia. El artículo 41.1, que reconoce a la familia «como unidad natural, primaria y fundamental de la sociedad», debería haberse completado con la adición de «La familia, independientemente de que se base en el matrimonio o en cualquier otra relación permanente».

El segundo referéndum versó sobre el papel de la mujer en el hogar. Deberían suprimirse los artículos 41.2.1 y 41.2.2. Dijeron que el Estado reconoce que “la mujer, a través de su vida en el hogar, es un apoyo al Estado, sin el cual no se puede realizar el bien común”. El Estado debe garantizar que las madres no se vean obligadas por necesidad económica a trabajar “descuidando sus deberes domésticos”.

Este pasaje debería haberse reemplazado por una redacción neutral en cuanto al género, y se debería haber anclado la importancia del trabajo de cuidados: “El Estado reconoce que el cuidado mutuo de los miembros de la familia es un apoyo de la sociedad debido a los vínculos que existen entre ellos, sin los cuales el bien común no se puede lograr, se puede lograr y se esfuerza por apoyar este cuidado”.



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