Cuando Keanu Reeves comenzó a entrenar para convertirse en The One, no estaba exactamente en la forma más prometedora. De hecho, un artículo para Entertainment Weekly detalla cómo el actor estaba a solo unas semanas de haber tenido una cirugía en una hernia de disco. Debido a esto, estaba limitado con lo que podía lograr físicamente en el entrenamiento, lo que sin duda se hizo aún más obvio por el collarín que tenía que usar inicialmente.
A pesar de su lesión, participó en un entrenamiento intenso para la película, pero según un artículo de Vulture, hubo algunas limitaciones en lo que pudo hacer inicialmente. Por ejemplo, patear estaba fuera de la mesa y solo se pudo volver a agregar una vez que la película ya estaba en marcha. Vulture explica cómo esto significó que gran parte de la acción de la película debía ocurrir hacia el final del rodaje «para ayudar a facilitar [Reeves’] recuperación.»
Es difícil imaginar que Neo pueda lograr algo heroico mientras usa un collarín ortopédico, por lo que es extremadamente impresionante que Reeves haya logrado superar el agotador proceso de entrenamiento en una forma menos que óptima. A diferencia de Neo, no había un programa de combate en el que Reeves se conectara casualmente para aprender una nueva habilidad. Pero su lesión no fue la única en el set. Tanto Carrie-Anne Moss como Hugo Weaving también sufrieron sus propios problemas: Weaving se lastimó la cadera y la muñeca y se rompió dos costillas y Moss se torció el tobillo, lo que demuestra que la vida tanto dentro como fuera de Matrix no era exactamente fácil. Sin embargo, afortunadamente, los tres actores se recuperaron y pudieron filmar una de las películas más importantes del (casi) siglo XXI.