«Es un efecto dominó», dice Katharina Kossdorff de la Asociación de la Industria Alimentaria Nacional. “Si el grano se vuelve más caro, la alimentación de los animales también se volverá más cara y la carne también se volverá más cara. Es por eso que actualmente estamos viendo que los precios de la carne procesada, como la carne de res o cerdo, se disparan. La carne de engorde ha subido de precio hasta un 34 por ciento en las últimas semanas. Eso ejerce una presión masiva sobre la industria nacional de productos cárnicos”.
Una tendencia similar está surgiendo para el pan y la bollería.
Al final, los consumidores tendrán que hurgar más en sus bolsillos para obtener productos cárnicos y embutidos. Una tendencia similar está surgiendo para el pan y la bollería debido a los precios del trigo.
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Sin embargo, el suministro de alimentos para los consumidores está garantizado con nosotros. Kossdorff: «Nadie necesita acumular aceite de girasol».