La Comisión Europea propone ampliar las sanciones contra Rusia


Cuando Moscú había anunciado en rápida sucesión, los días 20 y 21 de septiembre, la celebración de referéndums sobre la unión de cuatro regiones ucranianas bajo su control y la movilización parcial de 300.000 ciudadanos, mientras volvía a blandir la amenaza nuclear, Ursula von der Leyen prometía represalias. Desde entonces, la presidenta de la Comisión Europea ha multiplicado los contactos con las capitales y sus servicios han trabajado con rapidez para que pueda presentar el octavo paquete de sanciones contra Rusia el miércoles 28 de septiembre.

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El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, a quien visitó por tercera vez el 14 de septiembre en Kyiv, pide a los europeos que apliquen fuertes sanciones. Dentro de la Unión Europea (UE), los Estados bálticos y Polonia están en la misma línea. “Estamos decididos a que el Kremlin pague el precio de esta nueva escalada”lanzó Myo Von der Leyen, miércoles.

De hecho, en paquetes de sanciones anteriores, los europeos ya han hecho mucho –embargo al carbón y al petróleo rusos, más de 1.300 personas y entidades bajo sanciones…– y «El campo de posibilidades ahora es limitado», comenta un diplomático europeo. En ese contexto, los anuncios del miércoles consistieron primero en fortalecer los sistemas existentes y ampliar su alcance.

Balance aún no positivo

Por lo tanto, la Comisión propone prohibir la importación de nuevos productos rusos que, según Myo von der Leyen, los privará de “7 mil millones de euros”. En última instancia, los diamantes no están involucrados, para gran satisfacción de los comerciantes de diamantes en Amberes, Bélgica, que se abastecen en gran medida en Rusia. Polonia, los Estados bálticos e Irlanda, que defendieron «prohibición de cooperación» con Moscú en materia nuclear, no ganó su caso, ya que este embargo tendría consecuencias desastrosas para ciertos países de Europa del Este que compran combustible a Rusia.

Ursula von der Leyen también quiere ampliar la lista de productos europeos que ya no se pueden exportar a Rusia. «El objetivo es privar al complejo militar-industrial del Kremlin de tecnologías clave» como “componentes aeronáuticos adicionales o componentes electrónicos y sustancias químicas específicas”aclaró.

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“Las sanciones funcionan”, martilleó el presidente de la Comisión. Sin duda, sectores enteros de la industria rusa carecen de componentes que, antes de la guerra, procedían de Europa. Pero desde un punto de vista estrictamente financiero, habrá que esperar un poco antes de que los resultados sean positivos. En última instancia, las medidas restrictivas ya decididas deberían, según la Comisión, privar a Rusia de 82 900 millones de euros en ingresos (es decir, el 51 % de sus exportaciones a la UE en 2021). Por el momento, estamos lejos de esta cifra. No solo el embargo petrolero ruso aún no ha entrado en vigor, sino que los altos precios de la energía han compensado con creces la pérdida de ingresos del Kremlin. Según los datos de aduanas, entre el 28 de febrero y el 18 de septiembre, las importaciones de la UE desde Rusia cayeron un 35 % en volumen, ¡pero aumentaron un 40 % en valor!

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