En las páginas de la revista médica británica, Gitte Boumeester, en una pasantía psiquiátrica en los Países Bajos, dice que ha probado este tratamiento. Contagiado de Covid-19 en noviembre de 2020, los síntomas de la enfermedad persistieron. Hasta impedirle retomar su actividad normal. Tanto es así que tras un año y dos intentos fallidos de volver al trabajo, se resignó a dejar su trabajo. Fue entonces cuando se unió a un grupo de Facebook de pacientes que padecían, como ella, esta forma de Covid-19. Y descubre que una nueva clínica en Chipre, llamada Long Covid Center, ofrece «lavado de sangre» para tratar los síntomas. Entonces decide dar el paso.
Dos meses más tarde, estaba de vuelta en su casa en los Países Bajos sin signos de mejora. Pero con unos 12.000 euros gastados en sesiones, billetes de avión y los dos meses in situ en Larnaca, acababa de perder casi todos sus ahorros. En total, la factura supera los 15.000 euros. Lo mismo ocurre con Chris Witham, un empresario de 45 años de Bournemouth, que gastó más de 8.000 euros en «tratamiento» en Alemania. Aunque dijo que se sintió mejor después de algunas sesiones, lamenta que no hayan desaparecido todos sus síntomas.