Una semana después de que decenas de migrantes murieran cuando su bote volcó a unos cientos de metros de la costa italiana, los barcos humanitarios están lidiando con un nuevo «código de conducta» para los rescates en el mar. El gobierno de extrema derecha del primer ministro italiano, Giorgia Meloni, prohibió en enero a las ONG realizar rescates «simultáneos» en el mar, a pesar de que los barcos están legalmente obligados a brindar ayuda durante emergencias, según el derecho internacional.
Los barcos humanitarios, como el Ocean Viking, fletado por la ONG SOS Méditerranée, que recorre el Mediterráneo prestando asistencia a los barcos de migrantes, se enfrentan ahora a una tarea mucho más difícil.
“Durante nuestra misión, vemos barcos que no están en condiciones de emprender ese viaje. Cuando los encontramos, algunos se han quedado sin combustible o se han perdido en el mar”, dijo Alessandro Porro, presidente de SOS Méditerranée en Italia. .
Los barcos ahora se ven obligados a respetar la nueva legislación italiana sobre operaciones de rescate marítimo: el gobierno de extrema derecha del país les prohíbe realizar rescates «simultáneos», incluso si los barcos tienen la capacidad de salvar varios barcos de migrantes al mismo tiempo.
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