¿Los humanos tienen libre albedrío?


No sólo los filósofos sino también los científicos naturales se han ocupado intensamente de esta cuestión. Descubrieron cosas asombrosas.

Donde no hay libre albedrío, ¿existe todavía responsabilidad personal?

Dickcraft/iStockphoto/Getty

¿Están mis pensamientos predeterminados? ¿O son libres como un pájaro? Probablemente ya hayas pensado en una de las cuestiones filosóficas más antiguas.

El debate sobre el libre albedrío lleva más de 2.000 años. El problema científico que subyace al debate se puede expresar en una frase: la impresión de que las personas toman decisiones autónomas y conscientes es difícil de conciliar con la suposición de que los procesos de pensamiento en el cerebro pueden explicarse completamente mediante leyes físicas, es decir, están determinados causalmente.

Con el tiempo, han surgido varios bandos entre los filósofos. Algunos encuentran que el libre albedrío puede reconciliarse fácilmente con la predeterminación de todos los acontecimientos. Otros creen que la predeterminación y el libre albedrío se contradicen. Para resolver la contradicción, abandonan una idea o la otra, es decir, la predeterminación o el libre albedrío.

Entonces no hay consenso en filosofía. ¿Pueden quizás las ciencias naturales ayudar a responder claramente a la cuestión del libre albedrío?

Los científicos han estudiado el libre albedrío.

En 1979, el fisiólogo estadounidense Benjamin Libet realizó un experimento sobre el libre albedrío que se hizo famoso. Investigó exactamente cuándo las personas toman la decisión de realizar un movimiento, es decir, de activar un músculo específico. Libet diseñó el experimento para poder comprobar si el momento de la decisión era realmente anterior al momento del movimiento muscular.

El experimento reveló que incluso antes de que seamos conscientes de una decisión, ésta parece ya haber sido tomada. Cuando pensamos que acabamos de tomar una decisión, la actividad nerviosa que conduce al movimiento ya se ha iniciado en el cuerpo. El experimento de Libet parece refutar el concepto de libre albedrío.

Las consecuencias podrían ser de gran alcance. Algunos científicos, por ejemplo, sostienen que si no existiera el libre albedrío, la cuestión de la culpabilidad tendría que discutirse nuevamente en los tribunales. Porque: Donde no hay libre albedrío, ¿existe todavía responsabilidad personal? Si la respuesta a esta pregunta es negativa, podría significar que la condena de un perpetrador sólo serviría para proteger a la sociedad y ya no serviría como castigo.

Sin embargo, la interpretación del experimento de Libet sobre el libre albedrío es controvertida. Por ejemplo, los sujetos de prueba tenían que decir ellos mismos cuándo habían decidido el movimiento que se estaba examinando. Este momento puede ser muy subjetivo, lo que puede dar lugar a un resultado distorsionado. Otros investigadores realizaron experimentos de seguimiento mejorados. Pero tampoco aportaron ninguna claridad.

El debate sobre la existencia o no existencia del libre albedrío continúa en la filosofía hasta el día de hoy. Los estudios científicos no han podido poner fin a la disputa. Probablemente no puedan hacer eso en absoluto.

El libre albedrío absoluto no es necesario

Mucha gente se opone a la afirmación de que no tienen libre albedrío. Reaccionan casi ofendidos por ello. Cualquiera que nos niegue la capacidad de tomar decisiones completamente independientes parece socavar nuestra dignidad.

La idea de que no tenemos completo libre albedrío es algo a lo que debemos acostumbrarnos. Pero difícilmente se puede explicar que la voluntad humana está integrada en muchas relaciones causales, biológicas y sociales. Por eso hay bastantes filósofos que dicen que sólo tenemos uno condicional tener libertad de voluntad.

Si renunciamos a la idea del libre albedrío absoluto, seguiremos intentando tomar nuestras decisiones lo mejor y con la mayor independencia posible. El filósofo suizo Peter Bieri expresó una vez aquello por lo que podemos luchar: «Nos gustaría poder imponernos la ley de nuestra voluntad».

Un artículo del «NZZ el domingo»



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