Los Países Bajos están probando el cultivo legal de marihuana: están tomando medidas contra la mafia de la droga


Hasta ahora, las cafeterías tenían que depender de proveedores que operaban ilegalmente. El gobierno holandés quiere cambiar eso.

El año que viene, cafeterías de algunas zonas de Ámsterdam también participarán en un proyecto piloto basado en el cultivo legal.

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La venta de cannabis lleva décadas atrayendo turistas a los Países Bajos y su consumo permanece impune desde los años 1970. En las llamadas “cafeterías” se permite vender pequeñas cantidades de hachís y marihuana. Lo que es menos conocido es el hecho de que el cannabis no es legal per se en los Países Bajos. No se puede poseer más de cinco gramos de marihuana. También está prohibido el cultivo comercial.

Quizás eso cambie pronto: el viernes, el gobierno holandés lanzó un experimento de cuatro años. Tres empresas con licencia estatal (Canadelaar, Fyta y Aardachtig) pueden cultivar cannabis en el país y abastecer cafeterías. Operarán en las ciudades de Breda y Tilburg. En 2024 se añadirán nueve ciudades más, además de la parte este de Ámsterdam. La producción ilegal de cannabis está especialmente extendida en Tilburg.

Lucha contra el mercado negro

Hasta ahora, las cafeterías compraban sus suministros a mayoristas que operaban ilegalmente y, a menudo, delincuentes. Aunque el cultivo comercial ya estaba prohibido, en la práctica las autoridades a menudo hacen la vista gorda, escribe la agencia de noticias Bloomberg. El mercado ilegal de cannabis en los Países Bajos genera una facturación anual estimada de 1.300 millones de euros.

Si el intento del gobierno tiene éxito, el país tendrá un lucrativo negocio con el mercado legal del cannabis. Hasta ahora, los Países Bajos han dejado esto en manos del crimen organizado. En Estados Unidos la situación es diferente, ya que en algunos estados la producción es legal.

Pero ¿por qué se está probando el cultivo legal en dos ciudades más pequeñas y no desde el principio en las más grandes como La Haya, Amsterdam, Utrecht o Rotterdam? Todas las cafeterías de las ciudades de prueba tendrían que renunciar a sus proveedores ilegales y comprar únicamente a fabricantes aprobados. Según la BBC, hay 170 cafeterías en Ámsterdam que se verían afectadas. Según la alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, sería peligroso que todos estos compradores renunciaran a sus proveedores al mismo tiempo. Los propietarios de cafeterías suponen que los comerciantes del mercado negro podrían reaccionar con enojo. Parece como si los Países Bajos quisieran evitar disturbios por parte de proveedores ilegales.

Fueron necesarios cinco años y varios gobiernos de coalición antes de que se pudiera llegar a un acuerdo sobre políticas y se pudiera iniciar el experimento. Según Bloomberg, las campañas de los productores y la presión de los alcaldes de las ciudades pequeñas fueron cruciales para que el proyecto finalmente se hiciera realidad.

Los defensores políticos esperan minimizar las prácticas ilegales y reducir la carga para la policía, así como los ingresos fiscales para el Estado y el control de calidad. Los críticos señalan que el mercado ilegal seguirá existiendo paralelamente, porque una gran parte del cannabis cultivado ilegalmente en los Países Bajos se exporta de todos modos.

Valdrá la pena?

Para ver qué impacto podría tener la medida, vale la pena mirar a Canadá. En 2018 no se produjo ningún aumento importante del consumo después de la legalización. Según los observadores, los delitos asociados con el tráfico de drogas no disminuyeron inmediatamente. Según Bloomberg, la medida todavía valió la pena para Canadá, sólo desde una perspectiva financiera. El mercado del cannabis contribuyó con 31.600 millones de dólares al producto interno bruto.

En Europa, los Países Bajos no están solos con su experimento: Suiza también lleva a cabo proyectos científicos en varias ciudades con la distribución controlada de cannabis para consumo personal. Alemania y la República Checa están discutiendo las regulaciones pertinentes.

Según el ministro de Sanidad holandés, Ernst Kuipers, el objetivo del proyecto piloto es controlar desde el cultivo de la planta hasta su consumo por parte del consumidor final. El gobierno quiere examinar el impacto sobre el mercado ilegal y la delincuencia, así como sobre la salud pública y el consumo.

También se están vigilando las ciudades donde el cultivo de la droga sigue sin estar regulado. En última instancia, los resultados deberían compararse. Después de cuatro años, el gobierno quiere ampliar los hallazgos y decidir si cambia la legislación sobre el cannabis.



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