La experiencia de hacer «Gangs of New York» fue tan prolongada y desgarradora que Scorsese admite que se sintió tentado a no volver a hacer películas nunca más. Esto también puede haber sido provocado por el hecho de que Scorsese había firmado un contrato para varias películas con Miramax de Weinstein, y estaría en deuda con el conocido temperamento y los caprichos ilógicos del productor. También admitió que no estaba del todo satisfecho con la versión final de «Gangs of New York». Scorsese construyó una ciudad entera para filmar, pero el alcance de la producción no resultó en una película totalmente coherente. Él dijo:
«Me di cuenta de que no podría trabajar si tuviera que hacer películas de esa manera nunca más. […] Si esa fuera la única manera en que me permitieran hacer películas, entonces tendría que parar. Porque los resultados no fueron satisfactorios. A veces fue extremadamente difícil y no sobreviviría. Estaría muerto. Y entonces decidí que, de verdad, todo había terminado».
La siguiente película de Scorsese, «El Aviador» de 2004, fue codistribuida por Miramax aunque compartían las finanzas con Warner Bros. Esa experiencia, dijo Scorsese, fue un poco mejor… pero no mucho. Cuando se le preguntó qué pensaba de volver a trabajar con Miramax, Scorsese fue directo y dijo:
«Yo estaba en contra de eso; hubo una reunión y me obligaron a adoptar esa posición. […] Ya había quedado «embarazada», como decían. Y no hay manera de que puedas salir de esto. Pero el rodaje fue bien, la edición fue bien hasta las últimas semanas de edición. Y ellos entraron e hicieron algunas cosas que sentí que eran extremadamente malas».
Lo «malo» fue, al parecer, cuando ambos estudios retiraron abruptamente la financiación en el último minuto. Scorsese tuvo que financiar él mismo los últimos 500.000 dólares de la película.