Más grande, más robusto, más duradero… ¿Cómo superará el nuevo portaaviones francés a su predecesor?


Un monstruo marino de varias decenas de miles de toneladas, del tamaño de tres campos de fútbol, ​​que podrá albergar a cerca de 2.000 marineros en 2038. En 2025, la titánica construcción del nuevo portaaviones francés. El que tendrá que retirarse el famoso Charles de Gaulle, en funcionamiento desde principios de siglo. Una operación estimada en 10.000 millones de euros que debería dotar a Francia de un edificio capaz de hacer frente a los numerosos desafíos militares que se plantearán en las próximas décadas.

«Este nuevo portaaviones será un edificio del siglo XXI mientras que el Charles-de-Gaulle es un edificio del siglo XX», resume con Europe 1 General Jérôme Pellistrandi, redactor jefe de la revista defensa Nacional. Al tiempo que destacó la eficacia del actual portaaviones tricolor -una herramienta «totalmente operativa»-, enumeró la lista de mejoras que llevará a bordo la nueva joya de la Armada.

Grande, estable, robusto pero también más cómodo

Ante todo, una observación bastante básica pero tan imprescindible en la materia: el nuevo gigante tricolor de los mares será «más grande» que su antecesor con sus 305 metros de eslora y su peso total en vacío de 75.000 toneladas (frente a las 42.000 del el Charles de Gaulle). «Cuanto más grande sea un barco, más estable será, especialmente cuando el mar está malo», dijo el general Pellistrandi.

Un tamaño más imponente que también facilitará las operaciones a realizar en el interior del edificio. «Un portaaviones son una veintena de ascensores. Algunos están reservados para el personal, otros para alimentos y municiones y no todos tienen las mismas características de seguridad. Su modernización es más fácil en un portaaviones. aviones más grandes», comenta Jérôme Pellistrandi. Sus dimensiones también le permitirán llevar el avión de combate de próxima generación que sucederá al famoso «Rafale» producido por el grupo Dassault Aviation. Por último, se incrementará considerablemente la habitabilidad reservada a los marineros. “En el Charles-de-Gaulle teníamos una habitabilidad de los años 80. Allí, en los camarotes de las tripulaciones, no será como en los transatlánticos de lujo pero el confort será mucho mayor”, apunta el general Pellistrandi.

En el aspecto puramente militar, este nuevo portaaviones ofrecerá un rendimiento de primera clase. Por lo tanto, podrá albergar una treintena de aviones de combate, así como los drones que lo acompañan. A la vez que demuestra robustez en todo momento. «Él también será capaz de recibir los golpes», promete Jérôme Pellistrandi. Por último, los medios de comunicación a su disposición superarán con creces a los actualmente instalados en el Charles-de-Gaulle. “Claramente, podrá responder a las amenazas de 2030-2040”, resume el general.

Una mejor esperanza de vida

Esta nueva versión del portaaviones francés también tendrá una vida útil más larga y debería poder surcar los mares durante 50 años, en comparación con los 30 actuales. Qué hacer tan bien como su contrapartes estadounidenses. Al igual que el Charles-de-Gaulle, también se beneficiará de la propulsión nuclear, siendo Francia el único país del mundo, con Estados Unidos, que domina esta tecnología.

En opinión de la mayoría de los especialistas, la adquisición de este nuevo portaaviones era fundamental. «Es una poderosa herramienta política, capaz de actuar allí donde se pongan en entredicho los intereses de Francia», analiza el general Pellistrandi. Como recordatorio, Francia tiene el segundo dominio marítimo más grande del mundo detrás de los Estados Unidos. Una cuestión de poder y credibilidad militar para la que ahora es necesario encontrar un nombre. Una carga que cae sobre emmanuel macron que deberá bautizar este nuevo buque insignia del saber hacer marítimo francés antes de que finalice su mandato de cinco años.



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