En «Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutant Mayhem», Splinter es retratado como un viejo maestro de artes marciales menos sabio y más como un padre soltero que cría a cuatro hijos, un tipo que está perpetuamente ansioso porque el mundo exterior dañe a sus hijos. Y tiene una buena razón para pensar eso.
Durante una escena de flashback, nos enteramos de que esta versión de Splinter es literalmente solo una rata normal cuyo mejor amigo era una cucaracha que fue pisada por un humano (y luego Splinter se comió los restos de su amigo, porque todavía era solo una rata normal). Encontró algunas tortugas bebés cubiertas de cieno en la alcantarilla, y debido a que son las únicas cosas que conoció que no lo odiaron de inmediato, decidió criarlas como propias. Ahora mutado después de tocar el cieno de las tortugas, Splinter eventualmente les presenta a los niños el mundo humano. Pero los humanos gritaron de miedo y disgusto y les arrojaron basura. Esto hace que Splinter decida que los humanos son verdaderos monstruos, en los que no se puede confiar.