Ni (realmente) psiquiatras, ni soldados… El complejo papel de los capellanes militares franceses


La gran sala está separada en dos por una pared corredera. Por un lado, una treintena de sillas dan a la sacristía. Por el otro, una habitación vacía y una alfombra beige donde se extienden alfombras de oración todos los días. Una pequeña puerta conduce a la sala de abluciones. Para misas mayores u oraciones importantes, la mampara móvil se pliega y cada uno de los espacios duplica su superficie.

Aquí, en el corazón de Hexagone Balard, el sitio de 15mi distrito de París que reúne los principales departamentos del Ministerio de las Fuerzas Armadas, el La sala intercult es flexible para permitir la coexistencia de diferentes religiones. «Una segunda pared corredera cierra la sacristía y luego podemos usar la sala para celebraciones judías y protestantes»detalla Esther, capellana israelita [l’équivalent féminin du mot « aumônier » n’existe pas et le nom de famille des militaires n’est pas communiqué].

Las capellanías responden al deber del Estado de “garantizar el libre ejercicio del culto”, tal como lo establece la ley de 1905, en las áreas donde esta libertad esté restringida, como es el caso del ejército. En territorio francés, en base o en operaciones internas (OPINT) y en el extranjero (OPEX), las capellanías permiten a los soldados creyentes poder practicar su religión.

Lea también: Artículo reservado para nuestros suscriptores Zsolt Balla, un rabino de combate del ejército alemán

«Esto es, por ejemplo, para garantizar que se respeten las prácticas alimentarias en todos los terrenos y que se puedan celebrar las fiestas, si esto es conciliable con los imperativos militares»., expone Esther, quien así envió comidas kosher en OPEX para Pesaj. En su base, los capellanes también pueden acompañar a las familias militares durante las ceremonias religiosas que marcan la vida de las personas, como las bodas.

Alojado en el mismo barco que las tropas.

Los capellanes militares son en efecto soldados, empleados por el ejército, pero con una jerarquía específica, sin correspondencia con la jerarquía militar general. La tradición es que tienen simbólicamente un “grado de espejo”, es decir que toman el grado de su interlocutor, sea quien sea.

Si no están destinados a participar en los combates, los capellanes se alojan de la misma forma que la tropa: dormitorios, cantina, vivac… “No tenemos una dieta especial, y el hecho de compartir todo nos permite estar lo más cerca posible de los soldados para apoyarlos”analiza Etienne Waechter, capellán jefe del culto protestante desde 2017. Se mimetizan con la decoración, y solo las diferencian sus insignias religiosas en los hombros o la franja del pecho.

Te queda el 83,77% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.



Source link-5