Plazo de 48 horas para la liquidación de la ex Toupargel, los empleados «en total desorden»


Un retraso hasta el viernes, pero ninguna esperanza de recuperación: la liquidación judicial de la empresa de entrega a domicilio de productos alimenticios Place du Marché (antes Toupargel) y dos empresas hermanas, es decir, 1.900 puestos de trabajo en total, ya no genera dudas tras una audiencia el miércoles antes el tribunal comercial de Lyon. Saludada por los silbatos de un centenar de empleados congregados frente al juzgado, la decisión de deliberar en 48 horas fue justificada por el presidente del tribunal por «la importancia del expediente y el número de empleados», según el secretario del tribunal. Comité Social y de Economía (CSE) Wafaa Kohily (CGT).

«Sin esperanza de recuperación»

Pero «no hay esperanza de recuperación», explicó a la prensa. Así lo confirmó el presidente de la compañía, Brieuc Fruchon. “En términos concretos, nuestra prioridad es trabajar en la preparación de esta liquidación y apoyar lo mejor posible a los empleados con los servicios del Estado, para que se recuperen lo más rápido posible”, aseguró. La Sra. Kohily expresó su «ira» y «desorden total» por las «1.600 familias que se encontrarán en el suelo» en la Place du Marché, sin contar los 300 empleados de las empresas hermanas Eismann y Touparlog.

«El juez estuvo bastante atento a las diversas solicitudes en relación con la protección de los trabajadores. Estamos pidiendo claramente que se respete nuestra dignidad», señaló la Sra. Kohily, exigiendo el pago de una prima de despido supralegal de «100.000 euros por empleado, dada la herencia de los Bahadourianos». Los dos hermanos Léo y Patrick Bahadourian, accionistas de la floreciente marca Grand Frais, se habían hecho cargo de Toupargel en 2020 a través del holding Agihold France, pero «no se dignaron» estar en la audiencia. «Una vez más, el capital de algunos viene antes que las vidas rotas», dijo.

Tras la adquisición, la empresa pasó a llamarse Place du Marché en 2021, con la idea de ampliar significativamente su oferta más allá de los alimentos congelados, hacia productos frescos y comestibles. Algunos productos distribuidos provenían de los mismos proveedores que Grand Frais. El proyecto también tenía como objetivo acelerar las ventas en línea, mientras que la empresa construyó su modelo sobre las ventas telefónicas.

Clientela mayor

Pero esta estrategia fracasó. “La media de edad de nuestra clientela es bastante alta, muchos superan los 70 años y no tienen acceso o no saben utilizar internet. El cambio de nombre también la ha inquietado. Y finalmente, la gran mayoría venía por congelados” , explica Lise Delaizé, delegada de la CGT, teleoperadora desde hace 24 años. Un centenar de call centers engranaron así el territorio, en particular las zonas rurales, desde donde partieron parte de las entregas a domicilio, encaminadas desde tres grandes plataformas. «Para muchas personas de las zonas rurales», Place du Marché «también fue un contacto humano», dijo un antiguo cliente en una petición que recogió cerca de 12.000 firmas el miércoles.

“El modelo no ha evolucionado durante 30 años, desde entonces han surgido otras alternativas, entre las que destaca el drive. Incluso en las zonas rurales, la gente se ha acostumbrado al +one stop shopping+, donde encuentra todos los productos necesarios en el mismo lugar. Además , no ha habido renovación de la clientela”, observa Yves Marin, socio de la consultora Bartle, especialista en bienes de consumo. “Pocas son las empresas del sector de la gran distribución que realmente han conseguido pasarse a lo digital. Los principales éxitos del e-commerce se deben a los nuevos players”, confirma otro consultor del sector.

«Tierra de elección para marcas como (la de hard discount) Lidl, las zonas más rurales también son muy sensibles al precio», prosigue, señalando también la necesidad, en el reparto a domicilio, de respetar unos horarios precisos, que, según para él, la start-up holandesa Picnic, que se está instalando en Francia, lo está haciendo perfectamente. Tantos elementos contrarios que han alimentado una caída de las ventas, que pasó de 271 millones de euros en 2017 a 200 millones en 2021-2022.

La liquidación, de confirmarse, daría lugar a uno de los mayores planes sociales de los últimos meses, tras el de la marca textil Camaïeu en septiembre (2.100 empleados) y los 1.200 recortes de empleo (sobre 2.300) anunciados a finales de diciembre en Scopelec , grupo especializado en tecnologías de la comunicación.



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