«¿Por qué atacarnos?» : Tras los disturbios, las emociones de los dueños de los 400 estancos saqueados


Sandrine Prioul / Crédito de la foto: Fiora Garenzi / Hans Lucas / Hans Lucas vía AFP

Una semana después de que comenzaran los disturbios, las empresas comenzaron a estimar los costos de reparación. Entre los negocios más atacados, los estancos. Entre un 10 y un 20% de los estancos han visto arrasados ​​sus comercios. En la Sarthe, los representantes de la profesión se sienten impotentes ante la situación.

Casi mil millones de euros. Esta es la estimación elaborada por el Medef después de casi siete días de disturbios, tras la muerte de Nahel, de 17 años, asesinado por disparos de la policía tras negarse a obedecer durante un control de tráfico. La factura será pesada para el Estado, pero también para los comerciantes.

«Nuestras tiendas son tiendas de proximidad»

Entre los blancos favoritos de los matones: los estancos. Del 10 al 20% de los estancos vieron arrasadas sus tiendas. En el territorio, casi 400 de estos negocios se esfumaron. Sin embargo, la tabaquería suele ser una de las últimas tiendas a los pies de la ciudad. En la Sarthe, el choque es importante. “Sinceramente, nunca he tenido que gestionar este tipo de situaciones”, explica al micrófono de Europa 1, Laurence Proust, el representante de los estancos del departamento.

“Nuestros comercios son comercios de proximidad, amables. Todo se derrumba en poco tiempo y es muy duro para mis compañeros estancos”, continúa emocionada. Los relevos departamentales de la corporación están al lado de la cama de los estancos y el delegado nacional, Philippe Coy, busca la benevolencia del gobierno.

Daños estimados en varios millones de euros

«Hay un malentendido total», por parte de los estancos, subraya. “¿Por qué atacarnos? Hoy, hay unos cuantos miles de empleados cuyo futuro está constreñido”, a la supervivencia de establecimientos fracturados. Sobre todo «ya que estas empresas son también sus enlaces de empleo en los territorios, en los distritos», se alarma Philippe Coy.

Más allá del empleo, el estanco hizo cuentas y estimó los daños en más de 15 millones de euros.



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