Rachida Dati, ministra de Cultura: un nombramiento sorpresa, fruto de un acuerdo con Emmanuel Macron


Con el nombramiento sorpresa, el jueves 11 de enero, de Rachida Dati para el Ministerio de Cultura, Emmanuel Macron da el segundo “tiro” a la reorganización de su gobierno. Porque tras la irrupción de Gabriel Attal en Matignon, es el muy enérgico y muy mediático ex Guardián de los Sellos (20072009) de Nicolas Sarkozy que se desploma por la Rue de Valois. Una figura real de la política francesa, ampliamente conocida por el público en general.

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En un renovado deseo de “disrupción” por parte de Emmanuel Macron, Rachida Dati, miembro del partido Les Républicains (LR), encarna una guerra política que de repente da alivio al primer gobierno de Attal, dentro del cual los pesos pesados ​​del mandato anterior, Bruno Le Maire, Gérald Darmanin y Sébastien Lecornu, siguen en sus cargos.

Los nombres de los periodistas Claire Chazal y Stéphane Bern circularon durante un tiempo, pero ella es una profesional de la política, todo menos insulsa, alcaldesa de 7mi distrito de París desde 2008, que sucede a Rima Abdul Malak, ex asesora cultural de Emmanuel Macron en el Elíseo, pero sin mucho peso político una vez nombrada ministra.

Para Gabriel Attal, » feliz « de este nombramiento, el» energía » de Rachida Dati es oportuno. En la derecha, donde esperábamos que la caza furtiva hubiera terminado, este anuncio sorpresa fue, por el contrario, mal recibido. El jueves por la tarde, el presidente de LR, Eric Ciotti, anunció su deseo de excluir a Rachida Dati del partido tras su nombramiento, creyendo que así había sido “colocados fuera de nuestra familia política”.

Reseñas atronadoras

Para el mundo cultural, se trata de una nominación telúrica. Más allá de su temperamento asertivo, Rachida Dati, de 58 años, hija de un albañil marroquí y de una ama de casa argelina, ex abogada ascendida a ministra de Justicia, no se considera que domine los tecnicismos de las cuestiones culturales. Por otro lado, querrá utilizar todos sus conocimientos políticos, toda su visibilidad popular (su estatua de cera se encuentra en el Museo Grévin), aunque divisiva, para poner su ministerio en plena luz.

Dentro del gobierno, debería gozar de un cierto margen de maniobra, que podrá concederse ella misma si fuera necesario. La emancipación es su naturaleza, tanto como su franqueza. ¿Se beneficiará, sin embargo, del apoyo incondicional del Elíseo en función de las orientaciones, posiblemente iconoclastas, que pueda vislumbrar?

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También queda por ver si esta entusiasta funcionaria electa podrá respetar la solidaridad del gobierno sin jugar su carta personal. Ella, que en el pasado nunca ha faltado a críticas atronadoras a Macronie, como esta salida en France Inter, el 21 de junio de 2021, después de las elecciones regionales: “En Marche!, ¿qué es una fiesta? (…) Son traidores de izquierda y traidores de derecha. (…) ¡No es difícil, es la realidad! »

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