Rocket Lab se duplica en la recuperación de refuerzo marino con el próximo lanzamiento de Electron


La próxima misión Electron de Rocket Lab incluirá otro intento de recuperación marina del propulsor del cohete, el último paso de la compañía para avanzar en su programa de reutilización.

La misión, llamada «Baby Come Back», despegará del Complejo de lanzamiento 1 de Rocket Lab en la península de Mahia en Nueva Zelanda. La ventana de lanzamiento no se abre antes del 14 de julio. Como parte de la misión, el cohete Electron llevará varias cargas útiles de clientes al espacio, incluida una misión de 4 CubeSat para la NASA; dos satélites de radiofrecuencia para Spire Global; y un satélite de demostración para el Laboratorio de Vuelo Espacial.

La misión de la NASA, denominada Starling, probará tecnologías satelitales de «enjambre», incluidas maniobras autónomas y navegación relativa a bordo entre naves espaciales.

Después del lanzamiento, Rocket Lab intentará lo que llama una «recuperación marina» del propulsor Electron, utilizando un paracaídas para permitir un amerizaje controlado del escenario en el océano y pescarlo con una embarcación personalizada. Luego, el propulsor se transportará de regreso al complejo de producción de la compañía para su análisis y, con suerte, su renovación para futuros vuelos.

Rocket Lab ha desarrollado en paralelo dos técnicas separadas para recuperar los propulsores Electron: la recuperación marina, como se describe anteriormente, y la captura del propulsor en el aire utilizando un helicóptero especializado. Este último es tan desafiante como parece. La compañía ha intentado el método del helicóptero dos veces, y el primer intento terminó con un éxito parcial (el helicóptero agarró el propulsor, pero lo soltó de inmediato). Durante el segundo intento, uno de los pilotos del helicóptero canceló la captura debido a una pérdida momentánea de datos de telemetría del propulsor.

La compañía ha recuperado el escenario del océano durante varias misiones anteriores. Rocket Lab dio luz verde para lanzar un motor Rutherford prevolado en abril, la primera vez que uno de los motores Rutherford de la compañía verá espacio dos veces. En el anuncio sobre la reutilización del motor, Rocket Lab dijo que Electron resiste bien el amerizaje en el océano.

“Un análisis extenso de las etapas devueltas muestra que Electron resiste un amerizaje en el océano y los ingenieros esperan que las futuras etapas completas pasen las pruebas de calificación y aceptación para volver a volar con una renovación mínima”, dijo la compañía en el comunicado. “Como resultado, Rocket Lab está avanzando con las operaciones marinas como el método principal para recuperar Electron para volver a volar”.

La recuperación marina es sin duda más sencilla, y si Rocket Lab puede descubrir cómo restaurar los componentes del propulsor a un costo relativamente bajo, podría resultar una técnica ganadora para la empresa.



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