Salida de la crisis para el cohete europeo Ariane-6


Una auditoría para sacar a Ariane-6 de la crisis. Reunidos en Sevilla el lunes 6 de noviembre, los veintidós estados miembros de la Agencia Espacial Europea (ESA) alcanzaron un acuerdo para garantizar el funcionamiento del futuro lanzador. Un acuerdo condicional, porque primero pasa por limitar al máximo la financiación pública, a 340 millones de euros cada año durante tres años a partir de 2026.

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Francia, contratista principal del programa de la ESA, participará con un 55,3%, seguida de Alemania (21%) e Italia (7,6%), el resto se repartirá entre los otros diez países participantes en el proyecto. Para ello, se pide a los fabricantes afectados, que son principalmente el grupo francés Ariane, la alemana MT Aerospace y la italiana Avio, que reduzcan sus costes en un 11%. Se está realizando una auditoría para lograrlo. El objetivo sería incluso reducir la financiación pública por debajo de los 300 millones de euros a lo largo de los años.

Este compromiso financiero permite garantizar 27 lanzamientos del Ariane-6 entre 2026 y 2028. Además, Francia, Alemania e Italia han decidido ir más allá de estos tres años, añadiendo dieciocho meses adicionales y comprometiéndose a realizar 15 lanzamientos adicionales, o 42 lanzamientos para 2030. “Esto garantiza la solidez del modelo económico Ariane-6 para la década”estimamos en París.

“Un vuelo inaugural lo más rápido posible”

Llegar a un acuerdo era una condición previa para París antes de cualquier avance en otros temas, frente a Berlín que, desde hacía dos años, se había opuesto a la gestión del proyecto y había abogado por la apertura del mercado de los lanzadores a la competencia. Su oposición fue tanto más insistente cuanto que inicialmente estaba previsto que, tras los 4.000 millones de euros invertidos en Ariane-6 para su desarrollo, la fase de explotación tras el decimosexto encendido en 2026 debería autofinanciarse. Este no es el caso debido al fuerte aumento de los precios de las materias primas y al regreso de la inflación desde la guerra en Ucrania.

“La prioridad es llevar a Ariane-6 a su vuelo inaugural lo más rápido posible y volver a poner a Vega-C en marcha”, insistió el director general de la ESA, Josef Aschbacher, para Europa es imperativo recuperar lo antes posible el acceso autónomo al espacio, que ha perdido en los últimos meses. Habrá que esperar hasta 2024, tanto para el Ariane-6 (lanzado con cuatro años de retraso) como para el pequeño cohete italiano Vega-C.

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A cambio de seguir apoyando a Ariane-6, se llegó a un acuerdo para abrir a la competencia el mercado europeo de lanzadores, en un mercado espacial desestabilizado desde hace diez años por la llegada de Elon Musk con Space X.

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