La razón de esto es simple: cuando se paga con una tarjeta de débito, los minoristas tienen que pagar mucho más dinero al proveedor de servicios por cada transacción. Según un portavoz de HDE, las tarifas a veces son hasta cuatro veces más altas. Una compra de más de 100 euros, por ejemplo, cuesta a los minoristas alrededor de 20 céntimos, en el nuevo sistema es hasta un euro.
Los minoristas más pequeños, en particular, están luchando actualmente con el aumento de los costos de energía y personal. Las tarifas de las tarjetas de débito son una carga adicional aquí que las corporaciones no necesitan.