Lo primero que hay que saber sobre «The Creator» es que logra construir un mundo de ciencia ficción creíble y visualmente sorprendente. La película comienza con imágenes de noticieros que cuentan la historia de la relación de la humanidad con los robots y cómo se creó la IA para ayudar a los humanos en el trabajo manual. Luego nos volvimos demasiado dependientes de ellos a medida que asumían cada vez más puestos de trabajo, incluidos los de seguridad y guerra. Entonces, un día, detonaron una bomba nuclear en Los Ángeles que mató a un millón de personas y desató una guerra. Una década después, toda la IA está prohibida en Occidente, mientras los países asiáticos se unían para crear la Nueva Asia, donde la IA todavía prospera y vive al lado de la humanidad.
Si bien el mundo de «The Creator» y sus imágenes hacen gran parte del trabajo pesado, aún presenta algunas actuaciones poderosas, particularmente de John David Washington y la recién llegada Madeleine Yuna Voyles. El primero interpreta a Joshua, un soldado estadounidense encargado de encontrar a «Nirmata», el creador titular cuyo papel en el movimiento de la IA se mantiene demasiado vago para saber por qué es importante, salvo porque nos dicen que lo es. Pero después de que los militares se ponen a disparar, Joshua se encuentra solo y sin amigos, mientras lucha por decidir si debe matar el arma más nueva de Nirmata que podría destruir a la humanidad, que tiene la forma de una joven llamada Alfie (Voyles).
Al igual que «Rogue One», «Monsters» o la «Star Wars» original, «The Creator» de Edwards pinta la imagen de un mundo que se siente habitado y pensado, donde el aspecto de cada edificio, cada pieza de tecnología, y cada detalle del trasfondo cuenta una historia rica en historia. Mucho de lo que sabemos del mundo de «El Creador» se cuenta visualmente en lugar de a través de una exposición, lo cual es un cambio de ritmo bienvenido en estos días.