Tras la muerte de un profesor y la acusación de su esposa, Dunkerque sufre un “doble shock”


El proceso judicial avanza, pero persisten interrogantes en el caso del académico asesinado en Dunkerque (Norte). El viernes 22 de septiembre, su esposa, Justine Jotham, fue acusada de asesinato, es decir, asesinato premeditado, y puesta en prisión preventiva, anunció Charlotte Huet, fiscal de Dunkerque, durante una conferencia de prensa.

La víctima, Patrice Charlemagne, de 51 años, murió tras varias puñaladas recibidas en su casa de Rosendaël, una zona residencial a las afueras de la ciudad, la noche del domingo 17 al lunes 18 de septiembre. Su esposa, nacida en 1986, alertó a la policía a las cuatro de la madrugada del lunes, alegando que había abandonado la zona con su hija de 20 meses tras la intrusión de los ladrones. Al mismo tiempo, se encomendó a la policía judicial una investigación por homicidio doloso. La teoría del robo fue rápidamente descartada. “Los hallazgos técnicos y científicos en la escena del crimen así como los exámenes médico-judiciales practicados a la víctima y a su esposa revelaron inconsistencias con sus declaraciones”explicó Charlotte Huet.

Detenida policial el miércoles, Justine Jotham, que sigue siendo presuntamente inocente, admitió haber apuñalado a su marido. “Mi cliente está devastado. Ha cooperado con los investigadores y seguirá haciéndolo, como se comprometió a hacerlo».indicó su abogado, Mmi Carlota Catrix.

“Un maestro exigente”

Mientras que una fuente cercana a la investigación mencionó a la Agence France-Presse “tensiones en la pareja” observado gracias al análisis de los teléfonos inteligentes, el fiscal de Dunkerque se limitó a mencionar “primeros elementos” OMS “quedan por explorar” sobre el motivo, precisando que no se había elevado al Ministerio Público ninguna denuncia o mano a mano en el ámbito conyugal.

Esta tragedia tuvo un fuerte impacto en la comunidad de Dunkerque, ya que tanto la víctima como el acusado eran muy conocidos en la región. “El ambiente está pesado en estos momentos”, confiesa un estudiante de la Universidad de Littoral-Côte d’Opale, donde enseñaron Patrice Charlemagne y Justine Jotham. El viernes, se apostaron guardias de seguridad en la entrada del local para impedir el paso de los periodistas, que acudieron en gran número desde la muerte del profesor. “Intentamos gestionar las emociones de nuestro personal, equipo docente y estudiantes lo mejor que podemos”explica Carl Vetters, vicepresidente de la Universidad de Comunicación y Cultura.

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