Un año después de las elecciones parlamentarias: Irak vuelve a tener gobierno


Irak sólo está luchando por dejar atrás la agobiante crisis política de este año. Un nuevo gobierno finalmente está en su lugar. Pero hasta ahora se ha dejado fuera un personaje principal: Muqtada al-Sadr, y su movimiento. No se pueden descartar nuevas turbulencias.

El parlamento iraquí votó por amplia mayoría a favor del gabinete del nuevo primer ministro Mohammed Shia al-Sudani el jueves por la noche.

Oficina del Primer Ministro iraquí / Ha / EPA

(dpa)

Más de un año después de las elecciones parlamentarias en Irak, el país plagado de amargas luchas por el poder vuelve a tener gobierno. En una sesión el jueves por la noche, el parlamento votó por amplia mayoría a favor del gabinete del nuevo primer ministro Mohammed Shia al-Sudani. Se cubrieron alrededor de 20 cargos ministeriales, según informó la agencia estatal INA. Quedan pendientes las dos oficinas de medio ambiente y vivienda. Alrededor de 250 diputados del parlamento de 329 escaños asistieron a la sesión.

Una lucha por el poder se ha desatado en el país rico en petróleo desde las elecciones parlamentarias hace un año. Hace dos semanas, el político kurdo Abdul Latif Raschid fue finalmente elegido nuevo presidente en una votación que se había retrasado meses. Luego ordenó a los chiítas sudaneses que formaran un nuevo gobierno.

Irak sufre «crisis acumuladas» con consecuencias muy graves, incluso en la economía, dijo Sudani en un discurso ante el parlamento. «Prometemos sinceramente a nuestra gran gente que hará todo lo posible para tener éxito». Todas las fuerzas políticas estarían involucradas, ya sea que estuvieran directamente involucradas en el gobierno o no. El objetivo es, entre otras cosas, una economía fuerte con muchos nuevos puestos de trabajo y una lucha contra la pobreza y el desempleo.

Desde el derrocamiento del gobernante Saddam Hussein en 2003 por la invasión estadounidense, las oficinas centrales en Irak se han dividido de acuerdo con la representación proporcional, en la que participan todos los grupos políticos importantes. El presidente es siempre un kurdo, el primer ministro un chiíta y el presidente del parlamento un sunita.

La misión de apoyo de la ONU (Unami) habló de «muchos desafíos serios» para el nuevo gobierno que requieren «acción decisiva». La misión dijo que estas incluían medidas contra la corrupción, reformas atrasadas y servicios a la ciudadanía. Además, los actores no estatales, en el país, por ejemplo, las milicias leales a Irán, deben ser controlados.

En los últimos meses, la crisis política en Irak ha seguido agravándose, impulsada en parte por el clérigo chiita Muqtada al-Sadr. Su movimiento había ganado la mayor cantidad de escaños en el parlamento en las elecciones. Sin embargo, Sadr no logró encontrar suficientes socios para formar un gobierno de su agrado. Ordenó la retirada del parlamento y aumentó la presión callejera, lo que provocó enfrentamientos mortales con las milicias chiítas rivales.

Persiste el temor a nuevas turbulencias. El movimiento de Sadr se ha negado a participar en el nuevo gobierno, el primero sin la participación de Sadr desde 2003. Uno de los mayores desafíos que enfrenta el gobierno sudanés puede ser cómo tratar con Sadr y sus seguidores.



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