Una escultura de Degas atacada por activistas climáticos


Después de Goya, Van Gogh y Monet, es el turno de Degas de convertirse en el objetivo de los activistas climáticos. Una acción de golpe tuvo como objetivo, el jueves 27 de abril, una famosa escultura del artista francés exhibida en un gran museo en Washington. La obra estaba protegida por una jaula de plexiglás.

La escultura de cera original de La pequeña bailarina de 14 años por el artista francés “fue atacado por manifestantes con tiras de pintura roja y negra”, dijo la Galería Nacional de Arte, uno de los grandes museos de Estados Unidos. Esta es una de las primeras acciones de este tipo en Norteamérica.

La institución precisó, en un comunicado de prensa enviado a la Agence France-Presse (AFP), que la obra «inestimable» ha sido retirado de las salas de exposición para “evaluar posibles daños” que ella hubiera sufrido. “Denunciamos categóricamente este ataque físico a una de nuestras obras de arte”reaccionó el museo en su comunicado de prensa, precisando que la policía federal estadounidense (FBI) participaba en la investigación.

“Necesitamos que nuestros líderes tomen medidas serias para decir la verdad sobre lo que le está pasando al clima”dijo una activista de 50 años sentada al pie de la estatua, con las manos cubiertas de la pintura roja utilizada en el vidrio y la base de la obra de Edgar Degas, en un video publicado por la El Correo de Washington.

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Que Biden declare estado de emergencia por el clima

“Hoy, a través de la rebelión noviolenta, hemos profanado temporalmente una obra de arte para evocar a los niños reales cuyo sufrimiento es seguro si las mortíferas compañías de combustibles fósiles continúan extrayendo carbón, petróleo y gas del suelo”, escribe en Instagram el grupo que reclama la acción, Declara Emergencia. Él
exige que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, declare el estado de emergencia climática.

Este grupo, hasta ahora desconocido para el gran público, anunció que poco después uno de sus militantes fue liberado por las autoridades.

En el otoño de 2022, principalmente en Europa, los activistas ambientales multiplicaron las acciones dirigidas a las obras de arte para alertar a la opinión pública sobre el calentamiento global.

Han pegado, por ejemplo, las manos a un cuadro de Goya en Madrid, tirado sopa de tomate sobre Girasoles de Van Gogh en Londres y untó puré de patatas en una obra maestra de Claude Monet en Potsdam, cerca de Berlín.

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El mundo con AFP



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