Vacaciones de verano menos lejanas y más cortas bajo el signo de la inflación


“Finalmente podremos salir, pero está claro que no estaremos locos. » Hace unos días, Géraldine Natal no estaba segura de poder alquilar esta casa de campo en Bretaña que tanto la deseaba, cerca de Saint-Malo (Ille-et-Vilaine), con su marido y sus tres hijos. «El mayor, que empiece a trabajar, contribuirá a los gastos», dice este secretario de educación nacional que vive en Boé, en Lot-et-Garonne. Este año, dice, al hogar, que gana unos 4.000 euros al mes, le ha costado más ahorrar. “Seguiremos con el espíritu vacacional, aunque a la vuelta sabemos que tendremos que tener más cuidado”, ella asegura.

A pesar de la inflación, que durante meses ha estado socavando el poder adquisitivo de los hogares, el ritual festivo es más sagrado que nunca para los franceses.

“Optarán por el alojamiento con amigos o familiares o se irán de camping antes que renunciar a las vacaciones”, explica Alix Merle, economista de Xerfi, grupo que hace estudios sectoriales, destacando las huellas que han dejado los confinamientos durante la pandemia de la Covid-19. En esta etapa, el gobierno estima que el 73% de los franceses planea irse de vacaciones, especialmente en Francia, durante el período de verano. Una cifra optimista a la vista de ciertas encuestas de opinión según las cuales cerca del 40% de los franceses no se irán este verano.

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Aquellos que pueden hacer concesiones. Como Céline Becquaert, otra residente de Lot-et-Garonne, cerca de Agen, muchas personas prefieren una salida menos lejana o una duración más corta. Esta consultora de productos ecológicos a domicilio ha elegido este año para hacer “varias escapadas de unos pocos días” durante el verano, cuando los precios de los alimentos (especialmente los orgánicos) y su factura de gas afectaron su presupuesto. “Este año será un campito, un mobil home que me alquilan conocidos por menos y un salto en familia”, ella describe. “Tenía planeado ir a un festival. Pero en lugar de los tres días, solo me quedaré una noche allí”. añade, deseosa a pesar de todo de » cortar » con su casa, aunque no sea para un gran viaje.

Cambio de aires y desconexión

Ciertas actividades de ocio, como los parques de atracciones, también parecen beneficiarse de esta elección de proximidad. Parc Astérix puede dar fe de ello. Tras acoger un número récord de visitantes en 2022 (más de 2,6 millones), este último vivió aglomeraciones históricas durante los meses de abril y mayo. “Es plausible que nos beneficiemos de un efecto de arbitraje entre unas vacaciones realmente lejanas y una estancia más corta en un entorno exótico”reconoce Delphine Pons, su directora general.

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