Vacaciones en la fábrica o el auge del turismo industrial


Se trata de una fábrica de caramelos perdida en el corazón de un valle, al pie del Col du Bonhomme, que separa los Vosgos de Alsacia, donde los empleados, equipados con un micrófono, comentan sus tareas ante la mirada de los visitantes. En 2022, esta pequeña confitería de los Altos Vosgos recibió 260.000 turistas. Se trata de una famosa fábrica de vidrio, la de Biot (Alpes-Maritimes), a la que acudieron ese mismo año nada menos que 450.000 personas. Estas son también las centrales nucleares de EDF. Con 500.000 visitantes, la compañía energética se ha convertido en la empresa que más personas ha acogido en Francia.

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En los últimos tres años, las visitas a empresas han experimentado un fuerte crecimiento en Francia. Si bien hubo 2000 para abrir sus puertas al público en 2019, ahora hay 3500. Con casi 21 millones de visitantes, o un 40% más en los últimos tres años. “Hace veinte años, las empresas se impulsaban principalmente por las ventas directas, el marketing y las compras en las tiendas”, recuerda Luc Fauchois, presidente de Entreprise et Découverte, una asociación dedicada a gestionar esta red.

Este acaba de ganar una convocatoria de proyectos de la dirección general de empresas con el fin de aumentar aún más el número de colectivos, incluidos los extranjeros. Por el momento, estos últimos representan el 18% de las personas acogidas.

Mientras que el 95% de las empresas en cuestión siguen siendo muy pequeñas o pequeñas y medianas empresas, cada vez más grandes grupos expresan su interés por la idea de abrir sus puertas. Stellantis en Rennes y Danone en Bailleul (Norte) se han metido, mientras que Bonduelle y Boursin se están preparando para ello. Entre los sectores, el agroalimentario es el más representado (38%), por delante de vinos, cervezas y licores (24%).

Promoción del “Hecho en Francia”

Muchas cuestiones económicas se esconden detrás de estas visitas aparentemente inocuas. El de promocionar el “Made in France” por ejemplo. Al mostrar el diseño de sus productos más caros, las empresas pueden esperar una mayor aceptabilidad por parte de los clientes.

En un momento en el que la escasez de mano de obra afecta a casi todos los sectores, también es una buena forma de darse a conocer entre los jóvenes. «Algunas direcciones dicen que están listas para abrir sus puertas, pero con la condición de que esta recepción solo se haga a escolares o estudiantes», enfatiza el Sr. Fauchois. La asociación tiene en sus planes ofrecer sus visitas a los beneficiarios de la RSA en Seine-Saint-Denis para su “para descubrir oficios”.

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