La decisión de poner a Kelly bajo vigilancia se tomó por «motivos punitivos puros» y porque su cliente es un «recluso famoso», dijo la abogada de Kelly, Jennifer Bonjean, a la revista estadounidense «People» en un comunicado. Los documentos judiciales correspondientes dicen que el hombre de 55 años no tiene tendencias suicidas y que es un «castigo cruel e inusual». Por lo tanto, este tipo de guardia especial podría causar «graves daños mentales».
Cuando la revista le preguntó, la autoridad penitenciaria responsable dijo que, por razones de seguridad, no se publicaron detalles sobre las condiciones carcelarias de los reclusos individuales. La máxima prioridad, sin embargo, es el «trato humano» de las personas encarceladas.
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