Vivir en un alojamiento demasiado caluroso sin poder remediarlo: un problema de salud pública descuidado por las autoridades públicas, juzga la Fundación Abbé Pierre


No se conoce con precisión el alcance del problema, pero muchas personas en Francia sufren escasez de combustible durante el verano. La Fundación Abbé Pierre publicó, el lunes 26 de junio, un estudio que afirma que el hecho de vivir en alojamientos demasiado calurosos sin poder remediarlo sigue siendo demasiado descuidado por las autoridades públicas en Francia. Este problema de salud pública se agravará con el cambio climático, que aumenta la frecuencia e intensidad de las olas de calor.

En 2021, el 37 % de los franceses dijeron que a menudo o sistemáticamente sufrían calor en sus hogares, según una encuesta de OpinionWay, siendo las poblaciones urbanas precarias las más afectadas, al igual que los jóvenes y los ancianos. «A la gente modesta le afecta más», explica la fundación, que cita encuestas recientes que revelan ciertos aspectos del fenómeno. Los barrios de clase trabajadora, a menudo con poca vegetación, son más vulnerables al fenómeno de la isla de calor urbano, causado entre otras cosas por la falta de vegetación. “Además, los hogares que viven allí se enfrentan con mayor frecuencia al hacinamiento, viven en viviendas menos aisladas y menos ventiladas”señala la ONG.

La protección de la vivienda contra el calor, o el confort estival, no se tiene suficientemente en cuenta en la ley, lamenta. Para la nueva construcción, esto solo es así desde 2022. Para el stock existente, los diagnósticos de eficiencia energética, obligatorios para edificios nuevos o para la venta o el alquiler, deben tener esto en cuenta, pero los ajustes de confort de verano no tienen efecto en la energía. etiqueta.

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La instalación masiva de equipos de aire acondicionado desplaza y agrava el problema

Además, las ayudas a la renovación no se refieren a medidas destinadas específicamente a mejorar el confort estival. “En algunos casos, las normas de protección del patrimonio o de condominio impiden incluso la instalación de persianas o protección solar en la fachada”, observa la Fundación Abbé Pierre. Si la ley impone a los arrendadores una temperatura mínima en su alojamiento (19°C), no hay temperatura máxima.

Para remediarlo, la fundación emite una serie de diecinueve recomendaciones, la mayoría de las cuales tienen como objetivo integrar la protección contra el calor en la política de renovación energética. También sugiere cambiar las reglas de los condominios para incentivar la instalación de protección solar (persianas, techos verdes, etc.).

D’autres recommandations, plus générales, touchent à l’urbanisme et visent à lutter contre les îlots de chaleur en diminuant les surfaces artificialisées ou le trafic automobile, ou en évitant l’installation massive d’appareils de climatisation, qui déplacent et aggravent le problema.

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El mundo con AFP



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