La ciencia ficción dura rara vez despierta a la corriente principal. Eso es comprensible. Libros así son intimidantes. Con sus quarks, pársecs y teorías cuánticas, están a un mundo literario de distancia de las luchas a escala humana de la mayor parte de la ficción general.
La ciencia ficción dura china parece enfrentar un camino aún más empinado hacia el número de lectores. Si se añaden marcadas diferencias culturales y políticas a un género que ya es prohibitivo, la sabiduría popular sugeriría que el escritor no tiene posibilidades de éxito en Occidente.
Da un paso adelante, Liu Cixin.
Su trilogía, “Recuerdo del pasado de la Tierra”, ha hecho añicos este paradigma. Juntos, los tres libros han vendido más de nueve millones de copias en todo el mundo. Los campeones incluyen a Barack Obama y George RR Martin, y el primer volumen, El problema de los tres cuerpos, fue la primera novela asiática en ganar un premio Hugo. Ahora, ha dado el salto final a la popularidad masiva con una prestigiosa adaptación de Netflix, reconfigurada numéricamente como 3 Problema del cuerpo.
Las reseñas, incluida la de Vulture, reflejan cómo el programa alcanza el alcance grandioso del libro, pero también trabaja para hacer que la saga multimilenaria y de docenas de dimensiones de Cixin sea más ágil y digerible. DB Weiss y David Benioff han creado un verdadero y sin complejos adaptación, ampliando y condensando la historia a su vez, tal como lo hicieron con Game of Thrones.
Y al igual que Tronos, han elegido material fuente que se encuentra justo en el corazón de su género respectivo, influenciado tanto por los clásicos como por los autores más nuevos. A la luz del momento de la exposición en sus tres soles, ahora parece el momento perfecto para ofrecer una lista de lecturas seleccionadas para los curiosos. Ya sea que estés buscando más ciencia ficción dura para estirar los verticilos de tu cerebro, o estés buscando una entrada menos agotadora al género, esta lista contiene múltiples universos, cada uno de los cuales alberga teorías locas, lógica loca y esa pregunta de búsqueda interminable… Y si?
Muchas historias de ciencia ficción son experimentos mentales llevados al extremo. ¿Qué pasaría si alguien demostrara que las reglas de las matemáticas no son constantes? ¿Qué pasaría si se demostrara que existen ángeles y demonios? ¿Qué pasaría si el universo entero existiera dentro de una torre construida? Estas son algunas de las ideas que conforman la innovadora primera colección de Ted Chiang, y vaya si se compromete con ellas. Para escribir la novela Historia de tu vida (que quizás conozcas mejor como la adaptación de Denis Villeneuve, Llegada), Chiang se sumergió en años de investigación lingüística para autentificar plenamente el problema de la comunicación interestelar. Pero, lo que es más importante, Chiang rara vez desvincula el dilema científico de la humanidad. A diferencia de El problema de los tres cuerpos, En el que la lucha humana a menudo se siente como un marco alrededor del cual Cixin puede plasmar sus ideas, las historias de Chiang se centran en el impacto emocional y filosófico de un gran descubrimiento: la desesperación, el horror, la esperanza.
Detesto incluir demasiados «clásicos» en esta lista. Prefiero hablarte de libros que quizás no conozcas. Pero Base es tan integral a la tradición de la ciencia ficción dura, y tal influencia sobre El problema de los tres cuerpos que es correcto señalar a los nuevos lectores su inmensidad. Una novela de cinco partes que relata la historia futura del Imperio Galáctico y el intento de preservar el conocimiento y la civilización humanos durante la Edad Media que se acerca. La escala de la visión de Asimov, tanto en términos de tiempo como de espacio, amplió el panorama para tanta ciencia ficción por venir. Es majestuoso y hablador y más inclinado hacia las grandes ideas que a la acción apasionante, pero es seguro decir que sin Baseno habría Problema de los tres cuerpos. De hecho, es posible que tampoco exista ninguno de los otros libros en esta lista.
El problema de los tres cuerpos Puede que haya disparado el perfil de la ciencia ficción china, pero está lejos de ser el único juego que existe. Sinóptico presenta algunos de los nombres más importantes del género que no lo son Liu Cixin. Las 13 historias muestran la amplitud de la perspectiva china, que va desde el humor hasta la fría y amarga desesperación. Lo que es notable es cuántas de las historias comparten conceptos familiares de la ciencia ficción occidental. “Flower of the Other Shore” de A Que es una divertida historia de zombies que retoma el cliché de Hollywood; “The Last Save” de Gu Shi presenta una pieza de tecnología extraída directamente de Espejo negro; Hao Jingfang “Qiankun and Alex” se centra en la relación entre un niño pequeño y la IA generativa que intenta aprender de él. El truco está en la traducción de Xueting Christine Ni, que contextualiza las diferencias culturales y al mismo tiempo permite que permanezca algo de la tonalidad original. El resultado es un conjunto de historias que sentir familiares pero tienen una cualidad fuera de lugar que los mantiene frescos. Es una maravillosa introducción a un rico punto de vista alternativo.
La novela de Hao Jingfang de 2020, Vagabundos, fue recibido con entusiasmo, señalándola como quizás la heredera potencial de la corona de Liu Cixin. Sin embargo, es el recién lanzado. Saltanautas eso bien podría consolidar su posición. Es un libro magnífico, que recorre un terreno similar al El problema de los tres cuerpos pero con una actitud alegre, casi alegre. En aspectos clave, es una inversión de la trilogía de Cixin. En lugar de que la humanidad trabaje junta para enfrentar adversarios alienígenas, Saltanautas tiene su elenco de personajes navegando por una crisis geopolítica terrestre, mientras se comunica con visitantes benévolos desde lejos. Jingfang fusiona el futurismo científico con la mitología milenaria de la manera más satisfactoria, sugiriendo que la historia humana no es en absoluto lo que pensamos y manteniendo la temblorosa esperanza de que tal vez… sólo tal vez… nuestro futuro sea de paz.
Muchos autores de ciencia ficción luchan por lograr la longevidad épica de Recuerdo del pasado de la Tierra o Base; Annalee Newitz es una de las relativamente pocas que realmente triunfa. Los terraformadores cuenta una historia milenaria, que comienza 60.000 años en el futuro, sobre la vasta transformación de un planeta que pasó de ser un desierto hostil a ser la cuna habitable del futuro de la humanidad. Y hace todo eso en menos de 400 páginas. Cada una de las tres novelas cortas vinculadas que componen esta historia prospectiva está repleta de suficientes ideas y comentarios sociales para respaldar una novela mucho más larga. Por supuesto, Newitz está palpablemente más interesada en el funcionamiento de su escenario de lienzo en blanco que en el drama humano que se desarrolla en él. Sí, hay amor y guerra, pero la atención alegre y geek del libro se centra más en los rigores de un sistema de transporte global o en la solución de la mayor crisis inmobiliaria del universo. Pero no te dejes disuadir: la construcción del mundo de Newitz es más emocionante que muchas batallas láser.
Octavia Butler es mejor conocida por los fanáticos de la ciencia ficción por el infierno del futuro cercano de La parábola del sembrador. Su trilogía, «Lilith’s Brood», va mucho más allá y tiene lugar tras la devastación nuclear de la Tierra. En el primer libro, Amanecer, Lilith despierta en una nave al cuidado de una raza alienígena, los oankali, quienes le dicen que han pasado los siglos de su hibernación limpiando nuestro planeta para el regreso de la humanidad. Sin embargo, el precio que exigen por su benevolencia está ligado a la alegoría racial clave en gran parte de la ficción especulativa de Butler. Los desarrollos posteriores de la serie nunca estuvieron a la altura de su investigación moral inicial (los críticos señalan un exceso de ideas), pero Amanecer sobresale en su combinación de ciencia ficción dura y suave. También constituye un indicador alarmante y poco convencional de la última vez que la amenaza de un holocausto nuclear tiñó los límites de nuestras vidas.
Aunque las historias de la primera colección de Liu son, en general, muy diferentes de El problema de los tres cuerpos, hay dos muy buenas razones para leerlo. Primero, Liu tradujo la novela de Cixin al inglés, lo que constituyó una parte importante de su éxito intercultural. En segundo lugar, el contenido de El zoológico de papel y otras historias están tan cargados de premios que los convierten en una lectura absolutamente esencial para cualquier fanático de la ciencia ficción o la ficción especulativa. La historia del título, sobre un niño fascinado por las propiedades mágicas del origami, va mucho más allá, en el cisma cultural entre la identidad china de su madre y el lado estadounidense de su familia. Fue la primera obra de ficción en arrasar con los premios Hugo, Nebula y World Fantasy. Otras historias fusionan lo mágico y lo científico. Liu nos regala una cámara que crea hologramas de personas capturadas en momentos específicos; Vincula el viaje en el tiempo con los peores crímenes de guerra japoneses. Un breve punto destacado, «Los hábitos de creación de apuestas de especies selectas», presenta una cultura extraña a través de las entradas de sus enciclopedias. Los varios, muchos Los premios y nominaciones están bien ganados. En un mundo justo, sería tan célebre y leído como el escritor que ayudó a presentar.
Y si Los cuentos de Canterbury fueron ambientados en el espacio? Dependiendo de tu perspectiva y de lo que te obligaron a soportar en la clase de inglés, ese tono te ha excitado o te ha excitado. en realidad fuera de la idea de hiperión. La ópera espacial de Dan Simmons ganadora del premio Hugo es Descaradamente repleta de referencias literarias, pero también podría decirse que es la novela más legible de esta lista. Estructuralmente, está dividido en seis secciones, cada una de las cuales presenta a un “peregrino” diferente que comparte un viaje a un mundo distante para adorar a los pies (¿tentáculos?) de una criatura divina, el Alcaudón. No hay eslabones débiles en esta cadena de historias. Deambulan por el espacio y el tiempo, presentando arqueólogos y culturas antiguas, revertir el envejecimiento y guerras manipuladas en el tiempo. El alcance es majestuoso, los personajes son convincentes y los florecimientos de la imaginación de Simmons pueden ser grandiosos o silenciosamente fascinantes (una casa conectada por teletransportes con cada habitación en un planeta diferente). A Chaucer le habría encantado inspirar tanta diversión.
La ciencia ficción está llena de multiversos. Muchas historias siguen los caminos ramificados de la teoría de los Muchos Mundos, en la que una mariposa batiendo sus alas provoca un electroterremoto en el cinturón de Orión o la muerte de un dios en Próxima Centauri. (¡En realidad, es una gran idea, anotada!) Las puertas del Edén es una visión diferente de la presunción. En lugar de plantear los diversos futuros bifurcados que se avecinan, Tchaikovsky se adentra en el pasado profundo, examinando todas las rutas potenciales de la evolución planetaria, si las condiciones hubieran diferido ligeramente. Estas reflexiones se presentan como capítulos intersticiales entre el eje central de la trama, que trata sobre extrañas criaturas en los páramos ingleses y una oscura conspiración gubernamental. Todo es genial, pero esos experimentos mentales evolutivos son donde la imaginación del autor realmente toma vuelo. La mayoría de los fans recomendarían la aclamada “Hijos del tiempo” de Tchaikovsky. trilogía, pero Las puertas del Edén comparte más del entusiasmo científico especializado de El problema de los tres cuerpos.
Los escritores asiáticos no son el único grupo demográfico que está causando sensación en la ciencia ficción contemporánea. Una revolución afrofuturista también está cobrando impulso en la obra de autores como Nnedi Okorafor, Temi Oh y Tade Thompson. Thompson Ajenjo La trilogía es densa y desafiante y, como El problema de los tres cuerpos presenta una perspectiva sobre la comunidad humana y nuestro lugar en el cosmos que está en desacuerdo con la mentalidad estadounidense predominante. La primera novela, Agua de rosas, establece una presencia extraterrestre en la Tierra antes de avanzar varias décadas para evaluar su impacto en nuestro mundo. La ciudad nigeriana de Rosewater ha crecido alrededor de una enorme cúpula alienígena, que libera un hongo que altera la mente y permite a los humanos acceder a una red de conexión psíquica. La configuración puede parecer una locura, pero si tienes un poco de paciencia para una serie de terminología nueva, Agua de rosas pronto se instala en una de las novelas de ciencia ficción más emocionantes, satisfactorias y sombríamente imaginativas de la última década.
¿Quién dice que no se puede utilizar la ciencia dura en una historia de amor? En Interestelar, Christopher Nolan hizo del amor la ley natural de mayor alcance y, en el debut de Kim Bo-Young, es el único punto constante en la geometría relativista del universo. A través de un par de novelas hermanadas, Bo-Young cuenta la historia de una pareja unida por amor pero separada por el espacio-tiempo. A medida que pasan milenios en la Tierra, se anhelan mutuamente en el cosmos, con la esperanza de reencuentro sustentada por los continuos avances tecnológicos. Su doble historia va acompañada de dos cuentos más breves, ellos mismos vinculados, que reflexionan sobre la relación entre seres divinos y los humanos que observan. Son buena ciencia ficción, pero en una lista de conceptos elevados, ciencia fría y narraciones a macroescala, es la historia de un amor persistente y frustrado que brilla desde los confines vacíos del espacio.