En «Oppenheimer», Kitty bromea con los amigos de la familia y les pregunta si quieren adoptar a Peter para quitárselo de encima. (Esto es después de confiar en los Chevaliers para que lo cuidaran durante uno o dos meses cuando era solo un niño pequeño). La falta de apego de Kitty hacia sus dos hijos estaba bien documentada, y la broma descartable representada en esta escena en realidad tenía una base mucho más seria en la realidad. La única diferencia es que no fue Peter a quien los Oppenheimer ofrecieron a otra familia, sino a su hermana menor, Toni.
Toni nació en medio del trabajo de Robert en el Proyecto Manhattan, cuando apenas tenía tiempo para dormir, y mucho menos para ser padre. Cuando Kitty sufrió lo que probablemente era una depresión posparto y se fue de Los Álamos para pasar un tiempo fuera para recuperarse, hizo que una de sus amigas, Pat Sherr, cuidara de su pequeña hija. «American Prometheus» cuenta un momento en el que, al visitar a Toni en la casa de los Sherr, Robert sintió que no podía brindarle la misma cantidad de amor y atención que ellos, y Sherr recuerda que le preguntó: «¿Te gustaría adoptarla?» Aunque los Oppenheimer mantuvieron la custodia de sus dos hijos, su hogar no era especialmente cálido emocionalmente, aunque amigos y conocidos hablaron de recuerdos en los que tanto Kitty como Robert expresaban un gran cariño por Peter y Toni.