Ante la proliferación de alojamientos amueblados tipo Airbnb, el gobierno está dispuesto a apretar las tuercas


Airbnb hizo una gran captura. La empresa de San Francisco anunció, el lunes 20 de noviembre, la contratación como director de asuntos jurídicos de Ron Klain, fiel desde hace mucho tiempo y ex mano derecha del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la Casa Blanca. Un refuerzo importante en el difícil momento que atraviesa el grupo.

Después de permitir que prosperen los alojamientos turísticos amueblados, ciudades y gobiernos de todo el mundo buscan ahora limitar la actividad de plataformas como Airbnb, acusadas de contribuir a la escasez de viviendas y de provocar el aumento de los alquileres y de los precios inmobiliarios.

A principios de septiembre, Nueva York prohibió a los propietarios alquilar viviendas amuebladas por un período inferior a treinta días, salvo en condiciones muy estrictas. En octubre, la ciudad italiana de Florencia decidió prohibir nuevos alquileres a corto plazo en su centro histórico, al tiempo que ofrecía desgravaciones fiscales a los propietarios que aceptaran volver a los alquileres tradicionales.

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El gobierno canadiense, por su parte, anunció el martes 21 de noviembre una serie de medidas para combatir la crisis inmobiliaria. Entre ellas se encuentra la limitación de las deducciones fiscales sobre los ingresos generados por el alquiler de alojamientos turísticos amueblados en Airbnb.

En Francia, uno de los principales mercados del gigante americano, un proyecto de ley transpartidista llegará a la Asamblea Nacional a finales de noviembre para endurecer significativamente las normas que afectan a las plataformas. Apoyado por los diputados Annaïg Le Meur (Renacimiento, Finistère) e Iñaki Echaniz (Partido Socialista, Pirineos Atlánticos), es fruto de un trabajo a largo plazo para conseguir el apoyo del gobierno. Lo pospuso durante mucho tiempo antes de que la Primera Ministra, Elisabeth Borne, afirmara, el 16 de noviembre, la necesidad de “dar a las comunidades nuevas herramientas para regular el alojamiento turístico amueblado” y presta su apoyo al texto, durante un viaje a Dunkerque (Norte) dedicado a la crisis inmobiliaria.

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Este proyecto de ley, destinado “Remediar los desequilibrios del mercado de alquiler en zonas estrechas”, Por tanto, será examinado con augurios favorables, el martes 28 de noviembre, por la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Nacional. Presentado inicialmente en abril, el texto llega al Parlamento “re-arreglado” y fortalecido, mediante enmiendas “consensuado”subraya Iñaki Echaniz.

“Una gran injusticia fiscal”

En primer lugar, se trata de reorganizar la fiscalidad de los alojamientos amueblados teniendo en cuenta el vacío fiscal del que disfrutan los propietarios de alojamientos tipo Airbnb. Los inquilinos de alojamientos turísticos clasificados se benefician de una reducción a tanto alzado del 71% en los alquileres percibidos, frente al 50% para los alojamientos amueblados clásicos y sólo el 30% para los alquileres clásicos vacíos. “El ciudadano tiene la sensación de una gran injusticia fiscal, y hay que esperar”observa Annaïg Le Meur.

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