Ante manifestaciones, Irán bloquea masivamente mensajería y redes sociales


Una semana después de la muerte de Mahsa Amini, una joven iraní arrestada por un velo que la policía religiosa consideró que no le quedaba bien y murió bajo custodia policial, Irán vive una ola de manifestaciones a gran escala, que ha dejado seis muertos. Ante el desafío, Teherán ha endurecido aún más su censura en Internet, bloqueando varios de los pocos servicios occidentales aún accesibles en el país.

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La empresa Netblock, que se especializa en monitorear bloqueos, ha notado la implementación de nuevos bloqueos, en particular dirigidos a Instagram y WhatsApp, cuyo acceso ahora está severamente interrumpido en el país. Importantes bloqueos afectaron también a las redes de los principales operadores de telefonía móvil y se observaron cortes localizados en el acceso a Internet, especialmente en Sanandaj, la capital de la provincia iraní de Kurdistán, y en Teherán durante las manifestaciones.

Instagram, una red importante en Irán

Antes de que comenzaran las protestas, Irán ya era uno de los países que más restringía el acceso a internet. Facebook, Twitter o YouTube han sido inaccesibles allí durante varios años, incluso si algunos funcionarios del régimen, incluido el ayatolá Jamenei, tener cuentas en twitter. La mensajería de Telegram también está bloqueada allí. La principal red social utilizada en el país era, hasta esta semana, Instagram, tolerada por el Estado.

Tras varios años de bloqueo, los iraníes se han acostumbrado a recurrir a herramientas de elusión de la censura, como las redes privadas virtuales, que les permiten acceder a aplicaciones y sitios bloqueados por proveedores de servicios de internet. Varias cuentas de Instagram han difundido imágenes de manifestaciones y violencia policial filmadas por testigos en los últimos días.

Durante casi diez años, Teherán ha estado trabajando en un proyecto de “Internet nacional”, destinado a establecer una red nacional parcialmente aislada de Internet. Este ambicioso proyecto facilitaría enormemente la censura al limitar las posibilidades de elusión, y además permitiría a las autoridades acceder muy fácilmente a todos los datos de los usuarios de Internet en Irán.

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