Luego de que la Cámara de Diputados, el Senado argentino aprobara definitivamente el jueves 17 de marzo el acuerdo sellado el 3 de marzo entre Buenos Aires y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el refinanciamiento de la deuda del país, que asciende a cerca de 45 billones de dólares, saldando su horizonte financiero de corto plazo, dejándolo con un serio desafío inflacionario.
El presidente argentino, Alberto Fernández, agradeció a los parlamentarios y destacó que el acuerdo permitirá al país tener una “horizonte muy claro”. El ministro de Economía, Martín Guzmán, saludó un acuerdo «radicalmente diferente a todas las concluidas anteriormente con el FMI». «No se quita ningún derecho a los trabajadores ni a los jubilados»aseguró, mientras varios cientos de personas se habían manifestado antes frente al Senado, ante el llamado de los sectores sindicales y de izquierda, opuestos al pago de la deuda.
El acuerdo de deuda ya había sido aprobado por la Cámara de Diputados el viernes pasado, sujeto a un amplio consenso multipartidista, raro en Argentina, entre el grupo oficialista de centroizquierda y la oposición, de centroderecha. Ante el espectro de un default si no se aprobaba el acuerdo, prevaleció el mismo consenso en el Senado. “Es responsabilidad de nuestro gobierno construir certezas en un contexto de incertidumbre”suplicó Martín Guzmán, gran artífice del acuerdo de deuda con el FMI, al defenderlo ante los senadores.
El acuerdo entre Argentina y el FMI prevé una serie de medidas macroeconómicas para controlar la inflación crónica del país (50,9% en 2021) y reducir su déficit presupuestario (3% del PBI en 2021) hasta el equilibrio en 2025. Todo bajo seguimiento periódico por parte de la FMI. A cambio, el repago de la deuda no comenzará hasta 2026, luego de un período de gracia de cuatro años, que se extenderá hasta 2034. El momento, según Buenos Aires, de anclar un crecimiento sostenido (luego del 10,3% en 2021) generadora de ingresos.
52,3% de inflación
Sin un acuerdo, Argentina se habría enfrentado a cuotas impagables por ello de más de 19.000 millones de dólares en 2022, tanto en 2023, y alrededor de 4.000 millones en 2024.
Sin embargo, la onda expansiva del conflicto en Ucrania ya podría socavar los objetivos antiinflacionarios de Argentina, admitió este jueves el vocero del FMI, Gerry Rice. Esta «Por supuesto, será una tarea difícil, dada la cambiante situación mundial, ya que el aumento de los precios de las materias primas afecta la inflación en todo el mundo».y “Argentina, como otras economías emergentes, ya está afectada”declaró.
Argentina registró una inflación acumulada en enero y febrero de 8,8%, o 52,3% en los últimos doce meses, lo que no augura nada bueno para el objetivo de reducir la inflación a un rango de 38 a 48% en 2022, frente a 50,9% en 2021. Equipos del FMI, recordó Gerry Rice, «examinar el impacto potencial [de la guerre] sobre el crecimiento, las cuentas exteriores y el equilibrio presupuestario» de Argentina.