Ataque de Irán: ¿deberíamos necesariamente esperar una respuesta de Israel?


Romain Rouillard / Crédito de la foto: MINISTERIO DE DEFENSA ISRAELÍ / HA / ANADOLU / ANADOLU VIA AFP

48 horas después el ataque con drones y misiles del que fue blanco, el Estado hebreo ve todas las miradas puestas en él. Si bien el país fue atacado este fin de semana por ataques masivos desde Teheránquien asegura vengarse del ataque a su consulado en Damascoatribuida a Israel, surge ahora la cuestión de la respuesta prevista por Tel Aviv. El gabinete de guerra israelí se reunió este lunes al mediodía para estudiar las distintas opciones, mientras Estados Unidos, a través de la voz de Joe Bidenya han hecho saber que no participarían en una respuesta armada, advirtiendo así Benjamín Netanyahu contra el riesgo de una escalada regional.

¿Podrían las advertencias occidentales, así como el bajo costo humano de los ataques iraníes (sólo una niña de 7 años resultó herida por los escombros), llegar tan lejos como para convencer a Israel de no reaccionar? Un resultado así parece muy improbable a los ojos de los expertos de la región. “Esto parece difícil de imaginar por una sencilla razón: estos ataques iraníes constituyeron una forma de ruptura estratégica”, explica a Europe 1 David Rigoulet-Roze, investigador asociado de Iris y especialista en Oriente Medio. Nunca antes el propio Teherán había atacado directamente al Estado de Israel, prefiriendo movilizar su apoyo en la región, ante todo Hezbolá libanés. “Israel no puede aceptar que su sistema de disuasión esté dañado, debilitado. Sin embargo, este ataque demostró que su peor enemigo podría atacarlo directamente”, añade el investigador.

“Restaurar el aspecto disuasivo” de Israel

Además, según el general Dominique Trinquand, ex jefe de la misión militar francesa ante la ONU, la credibilidad de Benjamin Netanyahu también está en juego «frente a algunos de sus aliados muy radicales en el gobierno, que abogan por un ataque masivo sobre Irán. Sin mencionar el shock que representó el ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre, no sólo para la población, sino también para el ejecutivo israelí. “Para Israel es absolutamente necesario restablecer el aspecto disuasivo destruido el 7 de octubre”, añade Dominique Trinquand.

En la esfera política israelí, pocas voces se alzan para alegar una falta de reacción ante los acontecimientos del fin de semana. Incluso del lado de los oponentes de Benjamin Netanyahu. «Incluso alguien como Benny Gantz (principal rival del Primer Ministro israelí) no está a favor de detener la operación militar en Gaza. Está a favor de tener más en cuenta el problema humanitario y el hecho de que habrá menos víctimas. Es un ex jefe del Estado Mayor de las FDI, pero también un ex Ministro de Defensa. Para él, como para los demás, es inconcebible no dar una respuesta», señala David Rigoulet-Roze.

“Las reglas han cambiado, las líneas rojas se han superado”

Por otra parte, podría escuchar atentamente los mandatos del gran aliado estadounidense y aprovechar su presencia en el gabinete de guerra para defender una respuesta que preservaría a la región de una conflagración. Éste es precisamente el dilema que enfrenta actualmente Israel. Ceder a la tentación de atacar masivamente a Irán u optar por una respuesta moderada. «El problema, que hoy preocupa a todos, es que estamos en una lógica de escalada. Cada vez los umbrales saltan. Desde el 7 de octubre, las reglas han cambiado, las líneas rojas tal como existían se han vuelto obsoletas, ciertos parámetros comienzan a cambiar escapar de sus actores, que se ven más o menos obligados a levantar el cursor cada vez”, analiza David Rigoulet-Roze.

Por el momento, los expertos no favorecen la opción de un ataque masivo contra Irán. Una decisión así representaría un riesgo importante de escalada, «aunque el ataque iraní no ha causado ningún daño en Israel», subrayó este domingo en Europa 1 el general Jean-Paul Paloméros, ex jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire. El general Trinquand se inclina más hacia un “ataque indirecto a los intereses de Irán”. Según los expertos, el Hezbolá libanés, aliado de Teherán, podría ser el primero en pagar el precio.



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