«Balón de fútbol» y «Galleta»: así es como Joe Biden podría desencadenar la bomba atómica


En un momento en que la amenaza nuclear se hace cada vez más insistente, Estados Unidos puede, en unos minutos y desde cualquier lugar, decidir lanzar un ataque. Un simple maletín de cuero apodado «Fútbol» y una tarjeta de identificación llamada «Galleta» son suficientes para desatar el caos.

Armas nucleares a distancia. En cuestión de minutos y sin importar dónde se encuentre, el presidente de los Estados Unidos puede decidir lanzar un ataque nuclear.

Para ello basta un simple maletín de cuero llamado «Fútbol» y una tarjeta de identificación llamada «Galleta».

Si la Constitución estadounidense otorga al Congreso la facultad de declarar la guerra, atribuye al Presidente el título de «Comandante en Jefe», del que hoy deriva su competencia en materia nuclear.

dos nombres inusuales que se pueden explicar

En cada viaje, Joe Biden va acompañado de varios militares, incluido uno, encargado de transportar un maletín de los más importantes. Apodado el «balón de fútbol», este último toma su nombre del hecho de que uno de los primeros ejercicios de alerta se llamó «DropKick», el equivalente en fútbol americano al drop en el rugby.

Ya sea en un avión, un helicóptero, un automóvil o incluso en un ascensor, este maletín de cuero negro de 20 kg lo sigue a todas partes. Reforzado con acero, se desconoce su contenido exacto pero sirve para activar el arma nuclear.

Gracias a la tarjeta “Biscuit”, del tamaño de una tarjeta de crédito de la que nunca se separa el presidente, y que tiene un revestimiento que recuerda al envoltorio de una tarta, el código que lleva registrado permite iniciar el trámite.

Detrás de estos nombres inusuales se esconde en realidad el arma definitiva de los Estados Unidos que, según un inventario de la revista científica «Bulletin of Atomic Scientists», tiene más de 3.708 ojivas nucleares, incluidas 1.744 actualmente desplegadas.

Un protocolo estricto para un all-out implacable

Solo el presidente tiene la máxima autoridad sobre el lanzamiento de un ataque nuclear. No obstante, la Constitución de los EE. UU. ofrece una última salvaguardia en su Enmienda 25.

En caso de incapacidad física o mental del “comandante en jefe”, lo reemplaza el vicepresidente, quien tiene su propio maletín.

También se elige a una tercera persona “el sobreviviente designado” (sobreviviente designado, nota del editor), si el presidente y el vicepresidente desaparecieran.

Una vez que el Presidente decide iniciar dicho procedimiento, se debe seguir todo un proceso. Luego debe convocar a sus asesores para considerar otra solución, si es posible. En el caso de que un misil sea dirigido directamente al país, esta consulta deberá durar un máximo de un minuto.

Es entonces cuando entra en juego la tarjeta «Biscuit», utilizada para validar la identidad del presidente gracias a los «Gold Codes», los «códigos dorados». Estos códigos permiten que el personal militar sepa que efectivamente es el presidente quien está en el origen de la orden.

En unos segundos, el mensaje es recibido por el equipo encargado de lanzar el misil. Este último debe usar los códigos recibidos para desbloquear la llave de lanzamiento. El protocolo dura entre cinco y quince minutos en total.



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